martes, 19 de junio de 2018

Micieces de Ojeda. LA CRUZ DE MAYO Y LAS ROGATIVAS. (Las campanas de Micieces, XIV).




  CRUCES DE MAYO:

Cada 3 de mayo, Día de la Cruz, o Día de las Cruces, se cumplía con la tradición de
bendecir los campos y colocar en determinados lugares una cruz de madera hecha ad hoc por un manitas del pueblo. “El cura, sus monaguillos y algunos representantes del pueblo o del Ayuntamiento recorrían el campo de Micieces y, en puntos determinados, ponían cruces, rezaban una oración y se bendecía el campo”. (Ver:  III-Para una historia de Micieces, 2-tradiciones).

Algunas de las cruces iban colocadas en la raya límite del término municipal de Micieces con el pueblo vecino, y todos los presentes se colocaban, más o menos, en la línea imaginaria que hacía frontera con el otro pueblo y, mirando siempre a Micieces, se rezaba y bendecía el campo. Esto no nos llamaba la atención entonces, pero ahora me parece, al menos, un tanto curioso: solo se bendecía el campo miciecense, no el del otro pueblo vecino. Y mientras tanto un señor (recuerdo que el señor Braulio lo hizo mientras pudo) tocaba las campanas, o al menos una de ellas. Y su toque era de media vuelta, o sea, no llegaba la campana a dar la vuelta completa sobre su propio eje: es el toque de medio volteo. Y solía resistir todo el tiempo que el cura y acompañantes estaban por el campo poniendo cruces y bendiciéndolo. En algunos sitios todavía he visto el montoncito de tierra y piedras que señala el lugar exacto donde iba clavada la cruz.
            Regresados al pueblo, se terminaba el toque de campanas, se iba a la cantina y la cantinera nos servía una tortilla de escabeche, con su complemento de aceitunas y de gaseosa, que la cocacola no había llegado al pueblo todavía.
            Poco a poco fue despareciendo aquella tradición. El cura ya no podía recorrer todo el campo y redujo su paseo hasta lo más cercano. Llegó otro cura nuevo y vio que no valía la pena recorrer todo el campo: bastaba con las cruces más cercanas. Tan cercanas que, muy pronto, se redujo al Altolaiglesia. Y de eso a suprimirlo, no hubo más que un paso casi inadvertido… Con esa reducción, también se redujo el toque de campanas, hasta que desapareció del todo. ¡Y así se perdió otra tradición popular!





ROGATIVAS:


En el tiempo litúrgico de las Rogativas iba todo el pueblo en procesión presidida por el párroco, con cruz alzada, pendón al viento y rezando y cantando pidiendo a Dios buenas cosechas. Se salía de la iglesia parroquial, se iba por la carretera hacia Payo hasta llegar al cruce del camino que baja a San Lorenzo, se hacía estación en la ermita del Santo y se volvía a la iglesia parroquial. Durante la procesión se tocaban las campanas, sin ser toque característico: a ratos volteo, y en otros ratos repique. Los campaneros tenían libertad para tocar como quisieran las dos campanas y los campanillos, con tal de que nunca fuese el toque a muerto. Tampoco era necesario que tocasen continuamente, sino a ratos para señalar el acto religioso.
 Posteriormente, estas rogativas y su procesión redujeron el trayecto hasta hacerse solo alrededor de la iglesia. Y terminó por suprimirse. ¡También desapareció esta tradición! 

                                                                     (JLR)







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Himno a Micieces de Ojeda