TOQUE DE ÁNGELUS
A
lo largo de cada día se tocaba tres veces al ángelus: por la mañana,
al mediodía y al atardecer/anochecer. Tampoco importaba mucho que se
adelantasen o se retrasasen algo los toques, aunque el de mediodía solía ser
siempre el más significativo y puntual. El de la mañana se fue supliendo
automáticamente por el toque de misa, y el de la tarde se sustituía la mayoría
de los días del año por el toque del rosario, de las novenas o de otros rezos.
Así que el principal y, luego, único toque del ángelus era el de
mediodía. Pero como el toque era un poco engorroso para el cura y la gente ya
tenía reloj, se fue haciendo innecesario y poco a poco se perdió.
El ángelus se tocaba siempre
con la campanilla de la ermita de la Virgen dela Calle, que estaba más a mano.
Se hacía simplemente moviendo la campanilla, haciéndola sonar durante un breve
rato, pero no se tenía una forma determinada e individualizada de tocar al
ángelus. Bastaba suponer la hora aproximada para saber que a lo que se tocaba
era al ángelus. Y mucha gente paraba en su trabajo y lo rezaba. Aquella imagen
del cuadro de Monet la hemos visto realizar, y la hemos realizado, en los
campos miciecenses muchas veces. Y también en las casas. Esta costumbre de
parar el trabajo y rezar el ángelus se fue perdiendo
paulatinamente y son muy pocos los que lo rezan ya, aunque hay alguna radio que
todavía toca al ángelus al mediodía y hay gente que acompaña el rezo. Incluso
hay alguna emisora que lo hace muy abreviadamente, pero lo hace.
TOQUE DE CONCEJO
Este toque era
para que el pueblo se reuniese convocado por el ayuntamiento, o por el
alcalde
directamente, para tratar los asuntos de la incumbencia del concejo. Tenían
derecho a asistir y a hablar todos los vecinos y casi siempre se les daba voz a
todos los habitantes del pueblo, fuesen o no vecinos. En este sentido hay que
entender que “concejo” no coincide
con miembros del ayuntamiento: aquí, en estos casos, el concejo era todo el pueblo.
En
muchas ocasiones el concejo se reunía
a la puerta de la iglesia parroquial, a la salida de la misa del domingo o
festivo para tratar algún asunto concreto o dar alguna información puntual. En
estos casos no había necesidad de tocar campanas.
El ayuntamiento solía tener, no
siempre, un alguacil, que pregonaba los bandos o notificaciones al son del
clásico cornetín, pero recuerdo que a veces se tocaban las campanas para la
reunión del concejo, es decir, del
pueblo. Solían ser siempre las campanas del campanario parroquial. Y no había
ninguna forma especial de “toque a
concejo”: se tocaban, la una o las dos, repicando o volteando, sin más. Un
toque de campanas fuera del horario habitual era algo llamativo y rápidamente
se corría la voz entre la gente: “toque a
concejo”, llaman al pueblo a reunión…
Puedes ver también:
- LAS CAMPANAS DE MICIECES.
- CAMPANILLAS Y CAMPANILLOS.
- EL CAMPANARIO.
- EL TOQUE DE DIFUNTOS.
(JLR)
Puedes ver también:
- LAS CAMPANAS DE MICIECES.
- CAMPANILLAS Y CAMPANILLOS.
- EL CAMPANARIO.
- EL TOQUE DE DIFUNTOS.
Y más sobre Micieces en:
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