domingo, 30 de marzo de 2014

Berzosa de los Hidalgos: LA MORA DE LA FUENTE (V). Notas (más o menos) históricas.


LA MORA DE LA FUENTE

(NOTAS (MÁS O MENOS) HISTÓRICAS)


      1.- Las mesnadas del concejo de Palencia estuvieron y lucharon muy valientemente en la batalla de las Navas de Tolosa. Hasta tal punto que el rey les concedió por su valor y fidelidad la cruz que lleva el escudo de Palencia. (El castillo se lo concedió Fernando I).

     2.-  El obispo de Palencia, Tello Téllez de Meneses, era un personaje importantísimo en aquel entonces. Participó en muchos eventos de España y de la Iglesia, tanto de la española como de la universal. Es el cofundador, mecenas y valedor de la Universidad de Palencia (la primera de España). Por supuesto, participó de una forma muy destacada en los preparativos de la batalla de las Navas, en su ejecución y en los sucesos después de la batalla. Tenía sus propias mesnadas, las del Señorío Episcopal de Palencia, que aparecen  formando unidad con las del concejo de la ciudad, cuyo jefe militar era Juan Fernández Sanchón. Pero por encima de capitanes y jefes militares estaba el obispo Tello Téllez, intelectual y guerrero a la vez.


     3.-  La fuerza armada de Palencia formó en el centro con el rey de Castilla, pero en la zaga, como fuerza de refresco, refuerzo y ayuda. Y así actuó muy valientemente cuando se le pidió, que fue en el momento en que Alfonso VIII vio que flaqueaban sus líneas y se lanzó al ataque.

    4.- Cuando volvieron a Palencia, fueron recibidos como héroes, con grandes fiestas religiosas y profanas. Y fueron a San Antolín, rezaron, dieron gracias, cantaron el “O martir gloriose” y depositaron el pendón victorioso ante su santo.

     5.- Berzosa fue concedido por el rey a un hidalgo de pro como don por los servicios prestados. De manera que el “Berzoseño” de nuestra leyenda era hidalgo por sangre (es decir, le venía de familia).

     6.-   Aunque el norte de Castilla no estuvo dominado por los moros mucho tiempo (comparado con el resto de España, sobre todo con el sur), sí quedan en muchos sitios restos, sobre todo toponímicos, de origen árabe. Y hay ciudades castellanas con barrios que fueron morerías.

7.    7.-  Por supuesto, el Berzosa de los Hidalgos es bastante anterior a otros pueblos que llevan también el nombre de Berzosa y que están más al sur de la línea del Duero.

8.    8.-  Uno, al menos, de los tales Berzosa consta que fue fundado por gentes que venían del norte buscando expansión. ¿De Berzosa de los Hidalgos? ¿Por qué no? Y quizá de un berzoseño al que el rey le dio en premio unos terrenos para hacer su casa y, junto a ella, un pueblo… ¿Por qué no? Y volvió a encontrar el amor, y se casó, y tuvo hijos… ¡Y la vida siguió!

9.     9.- Es curioso y digno de ser estudiado el hecho de que la mayor parte de los que llevan el apellido Berzosa son originarios de la provincia de Madrid, o están viviendo en ella. Y eso hace pensar que el hidalgo aquel berzoseño alguna descendencia dejó.

10.-Dicen cronicones y leyendas que aquel hidalgo berzoseño, el Berzoseño, después de los honores y aclamaciones de Palencia, se acercó a su pueblo. Más bien a la tumba de su amada: los brezos habían crecido y estaba ya tan disimulada que solo quien la enterró podía saber dónde estaba. Se arrodilló y estuvo un largo rato en silencio y de rodillas… Luego, montó en su caballo y, por el sendero del sur, sin entrar en el pueblo, se alejó. Nunca más volvió. En sus tierras, las que el rey le había dado, edificó su casa, tuvo nueva familia, fundó un pueblo… Y dicen los cronicones que le puso el nombre del de su niñez, con el apellido del nombre del río que pasaba a su vera. Cuentan también que en los atardeceres de bonanza se sentaba a la puerta de su casa, de cara a la brecera de enfrente, y se quedaba como traspuesto: añoranzas y recuerdos de tiempos idos

11. En los tiempos actuales los terrenos cercanos a la Fuente La Mora son bastante visitados en la época de níscalos y de setas. Hay muchos níscalos en los pinares y muy buenas setas en la pradera.


o o o O o o o 

Los datos históricos han sido confrontados en distintos documentos y libros de consulta común en las bibliotecas.  Y para toda la historia de la Mora de la Fuente ha sido fundamental el "Libro de Leandro", de Berzosa.


 Historia completa de LA MORA DE LA FUENTE.

- LA MORA DE LA FUENTE (I): Desde mis recuerdos.
- LA MORA DE LA FUENTE (II): El Romance.
- LA MORA DE LA FUENTE (III): ¿Y qué pasó después?
- LA MORA DE LA FUENTE (IV): Romance de "El hidalgo Berzoseño"

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- Fuente La Mora.


martes, 25 de marzo de 2014

Berzosa de los Hidalgos: LA MORA DE LA FUENTE (IV). Romance de " El Hidalgo Berzoseño"




ROMANCE

"EL HIDALGO BERZOSEÑO"

(JLR)



En el reino de Castilla
Alfonso Octavo reinaba,
al que también se le dice
el Noble, y el de las Navas.
Contra los moros había
luchado en muchas batallas
y al sur de Sierra Morena
ya las fronteras estaban.
Mas vienen los almohades,
que es tribu mora y fanática,
y quieren reconquistar
todas las tierras cristianas.
Por eso el rey castellano
prepara una gran batalla
que les quebrante el poder
y los devuelva hasta el África.
Ayuda pide a su reino
y a los otros de la España.
Y hasta el papa la bendice
como guerra de cruzada.
De Europa vienen guerreros,
mas viendo que no hay ganancia,
que han de respetar las leyes
y que el calor los aplana,
dan la vuelta a sus caballos
y se van para sus casas…

             *******

 Las ciudades de Castilla
a milicias convocaban:
caballeros y villanos
y otras gentes muy variadas
acudían presurosos
al servicio de las armas.
El concejo de Palencia
prepara las sus mesnadas:
su obispo don Tello Téllez
es quien las dirige y manda,
y son sus propios alcaides
los que admiten y contratan.

En esto llega un jinete
con su caballo y sus armas:
- Si para luchar al moro
se forman estas mesnadas,
en ellas me enrolaré,
que sé manejar espada.
Lucharé contra los moros
aunque muera en la batalla,
pues ellos antes mataron
mi corazón y mi alma.
La justicia que yo quiero,
ha de darse en la batalla,
que un hijodalgo no debe
tomar por sí la venganza.
Y el alcaide, que se admira,
de esta suerte contestaba:
-  No debemos renunciar
ni a tu esfuerzo ni a tu espada.
Date ya por admitido:
eres ya de estas mesnadas.
Y, por cumplir, le pregunta
quién es y cómo se llama.
- Mi nombre dice muy poco
y carece de importancia:
soy hidalgo y berzoseño.
Es suficiente y me basta.
Desde entonces todo el mundo
el Berzoseño le llama.
El obispo Tello Téllez
bendice a aquellas mesnadas,
y, luego, se pone al frente
y las precede en la marcha…

********** 

Hace días que el ejército
del rey Alfonso está en marcha
y se van uniendo a él
el resto de las mesnadas.
Hacia las tierras del sur,
rápido cruza la Mancha.
Al pie de Sierra Morena
se dan pequeñas batallas,
se conquistan los castillos,
se hacen muchas algarada,
mas son episodios breves
y no de mucha importancia
para asegurar caminos,
y soldados y mesnadas
que aprendan cómo se lucha
y sepan qué es la batalla.

Los ejércitos cristianos
de noche la Sierra pasan
y al amanecer del día
se presentan en las Navas.
Miramamolín, el moro,
esperándoles estaba:
el mejor sitio tenía
y los altos dominaba;
sus fuerzas eran mayores
de lo que eran las cristianas;
su real, inexpugnable;
las armas, bien afiladas:
creían en la victoria
y la veían muy clara…
Los cristianos se colocan
en su orden de batalla.
El rey Alfonso, en el centro,
pero ocupando la zaga.
Le acompañan sus obispos
al frente de sus mesnadas
dispuestas para la lucha 
dónde y cuándo precisaran.

Chirimías y tambores
a la pelea ya llaman;
las trompetas y timbales
con fuerza les contestaban;
nubes de flechas y dardos
atraviesan la mañana
y en los escudos, en tierra
o en los soldados se clavan;
los caballeros sujetan
a sus caballos que piafan,
y los soldados de a pie
luchan a espada o a lanza…
Cuando unos retroceden,
son los otros los que avanzan;
mas, luego, hacia el otro lado
se ladea la balanza…
La muerte se enseñorea
de los campos de la Nava:
los arroyos bajan rojos
de la sangre derramada;
la tierra es un barrizal
y con sangre está amasada…;
gritos de lucha resuenan,
ayes el aire llenaban…
Se hace presente el cansancio
según el tiempo se pasa;
y con él asoma el miedo,
que es muy mala mezcolanza:
la muerte triunfa en el campo
y hace perder la esperanza…
El rey de Castilla observa
que su centro se desmanda:
- ¡Es la hora de luchar
o morir en la batalla…!
-grita irritado a los suyos
señalando con la espada.
- ¡Es hora de la victoria…!,
responde el obispo Rada.
Pica espuelas el rey Noble
y entra en las filas cristianas
donde la lucha es más dura
y las líneas ya fallaban.
Obispos y caballeros
y los de aquellas mesnadas
que protegían al rey
y la ocasión esperaban,
al punto le siguen fieles
y entran en la batalla…
Los moros al rey cristiano
reconocen y señalan,

y enseguida lo rodean
sin darle tregua ni calma.
Un caballero cristiano
del peligro se percata
y con valor y coraje
junto al mismo rey se planta,
y los dos, codo con codo,
luchan, resisten, batallan…
Los que venían detrás
se abren paso con la espada
y luchan tan fieramente
que al enemigo avasallan:
el miedo se hace presente
en las filas musulmanas,
sus capitanes ya dudan,
los primeros dan la espalda,
los de atrás son arrollados
por los que huyen y marchan…
Los cristianos que lo ven
con brío mayor atacan:
no les dan tregua o cuartel
y sus líneas desbaratan…

Aquello marcó el principio
del fin de la gran batalla.

***********   

Cuando todo hubo acabado
y casi todo está en calma,
quiere saber el buen rey
quién era aquel que luchaba
junto a él cuando los moros
luchando le rodeaban
y a salir de aquel aprieto
tan valiente le ayudaba.
Y don Tello, el de Palencia,
le responde sin tardanza:
- Un hidalgo berzoseño
que está inscrito en mis mesnadas.
- Su nombre quiero saber
pues he de premiar la hazaña.
Y el obispo al rey explica
lo que de él se contaba:
- Todo el mundo el Berzoseño
le dice y así le llama.
Vino buscando justicia,
sin que fuese una venganza,
contra los moros que habían
asesinado a su amada…

Y después de oír la historia
que el obispo le contaba,
el rey decide premiar
tan heroica y fiel hazaña.
- Pues que hidalguía de sangre
la tiene por heredada,
la de privilegio el rey 
se la concede por gracia.
Y tierras en regalía
le doy para que su casa
se levante en el lugar,
y a su lado un pueblo nazca.
El escribiente redacte
el decreto que el rey manda.
De testigos fehacientes,
los que siempre lo hacen, hagan.

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 Brezos y robles, cerca de la fuente de La Mora.


viernes, 21 de marzo de 2014

El habla de Micieces de Ojeda: PECULIARIDADES (III). Uso del condicional. Sonido /D-d/ al final de palabra.





USO DEL CONDICIONAL:

·        Este uso es muy común en toda la zona norte de Castilla y en las Vascongadas (pero no es exclusivo, ni mucho menos, de estas regiones).

        La prótasis (que es la condición, la primera parte), suele ir precedida de la conjunción “si” y el verbo va en cualquier tiempo menos en el condicional y/o en el futuro. La apódosis (segunda parte, que cumple la condición) va en cualquier tiempo del indicativo, del subjuntivo  o en el imperativo.

        Consiste esta peculiaridad del habla en que el condicional  y el condicional perfecto (llamado también potencial, simple y compuesto), se usa poniéndole el “si” condicional delante (es decir, haciendo funciones de pretérito imperfecto o pluscuamperfecto de subjuntivo).

·        Ejemplos:

En el habla miciecense (y del norte)
Según la Gramática
Si llegaría, me darían un premio
Si llegara (llegase), me darían…
Si habría venido, habría comido con nosotros…
Si hubiera (hubiese) venido, habría comido con nosotros.
Si habrías estado aquí, no habría muerto mi hermano…
Si hubieras (hubieses) estado…
Si lo sabría, te lo diría…
Si lo supiera, te lo diría…
Si habrías venido,lo…
Si hubieras venido, lo habrías visto.
Se le dijo que se callaría… (sin el si condicional)
Se le dijo que se callara…
Si beberías de esta agua, sanarías de…
Si bebieras (bebieses) de esta agua, sanarías…



Para los que han (hemos) estudiado los tiempos verbales según la Gramática de Andrés Bello, aquí están los nombres empleados por la RAE-1973 y su equivalente en la Gramática de Bello (en cursiva):

- MODO INDICATIVO:  Presente - Presente.
                                    Pretérito Perfecto Simple - Pretérito.
                                    Pretérito Imperfecto - Copretérito.
                                    Pretérito Perfecto Compuesto - Antepresente..
                                    Pretérito Anterior - Antepretérito.
                                    Pretérito Pluscuamperfecto - Antecopretérito.
                                    Futuro - Futuro.
                                    Futuro Perfecto - Antefuturo.

- MODO SUBJUNTIVO:
                                    Presente - Presente.
                                    Pretérito Imperfecto - Pretérito.
                                    Pretérito Perfecto - Antepresente.
                                    Pretérito Pluscuamperfecto - Antepretérito.
                                    Futuro - Futuro.
                                    Futuro Perfecto - Antefuturo.

-  CONDICIONAL:
                                    Condicional - Pospretérito.
                                    Condicional Perfecto - Antepospretérito.


o o o O o o o 


SONIDO /d/ FINAL DE PALABRA

         Como todo el castellano septentrional, el habla miciecense hace sibilante la /–d/  final de sílaba y, sobre todo, de palabra, y la pronuncia [z] (pronuncia  [Valladoliz, saluz, bondaz, azvertiz…]
         Pronunciar la [d] final de palabra nos supone un esfuerzo reflexivo. Y casi nunca nos sale bien.

(JLR)

o o o O o o o







martes, 18 de marzo de 2014

Berzosa de los Hidalgos: LA MORA DE LA FUENTE (III). ¿Qué pasó después?






LA MORA DE LA FUENTE (III)


¿QUÉ PASÓ DESPUÉS?
(JLR)

¿Qué pasó después? ¿Qué fue del hidalgo? ¿Y la tumba de la mora? ¿Y…?

A uno le cuentan un cuento o una leyenda, lee un libro interesante o ve una película que le gusta y siempre le queda en el fondo del regusto la clásica pregunta: ¿qué le paso luego al protagonista, al bueno, a la chica, al chico, incluso al malo…?  Queremos que no queden cabos sueltos por ahí porque,  si queda algo suelto, nos da la sensación de que ese mundo soñado, en el fondo un poco nuestro mundo, está en el aire e inacabado. Y nos gustaría que, al menos ese mundo imaginario, fuese lo más perfecto posible. En el fondo significa que nos ha gustado lo que nos han contado.

Pues eso me pasó a mí con “La Mora de la Fuente”. Yo quería saber qué hizo el hidalgo enamorado, si se casó, si encontró novia, si… Y una cosa muy normal: yo había ido muchísimas veces a la fuente La Mora y había bajado infinidad de veces la ladera de aquella brecera, pero nunca había visto ni la más mínima señal de ninguna tumba. ¿Dónde estaba, pues, la tumba de la mora? ¿Lo decía el libro aquel? Eso le pregunté yo al sacristán de Berzosa.

- Chiguito, tampoco lo quieras aprender todo en un día. Sí, hay otro romance que trata de lo que hizo el hidalgo después de la muerte de la mora.
- ¿Y qué hizo? –le pregunté con curiosidad.

            Y él me hizo un resumen.  Incluso me cantó algunos versos con una melodía que yo conocía, aunque con otra letra, porque la cantaba mi padre en aquellas eternas noches del invierno castellano. Lo que pasa es que a mí la voz y la entonación del sacristán de Berzosa me sonaba un poco a la misa de réquiem…  Y esto es más o menos lo que recuerdo que me contó:

Cuando entierro y duelo hubo terminado, el joven hidalgo se pasó días y días callado, entristecido, como ido… Salía todos los días al campo, como que iba de caza,  pero a donde iba era a la tumba de su mora y allí pasaba horas y horas. Un día cambió de repente: buscó sus armas,  ensilló su caballo y se dispuso marchar. Sus padres al instante comprendieron qué iba a hacer.
- Hijo, no lo hagas. Eso no es justicia, es venganza. Deja la justicia al rey…

Y tanto le insistió su padre, que al fin se dejó convencer.  Las lágrimas de la madre tuvieron también algo que ver con ese cambio.
- No tomaré venganza del asesino ni de quien lo indujo a asesinarla. Pero huiré de aquí, porque si no, cualquier día haría una barbaridad contra toda la morería…

Y, armado como estaba ya y preparado su caballo, subió a él y dijo:
- Me voy a la guerra. Ya que la justicia pertenece al rey, me voy con el rey a hacer la guerra contra los moros: esa será mi venganza y mi justicia…
Picó espuelas y desapareció por el camino del sur sin más despedida y sin volver la vista atrás…

- ¿Y… la tumba de la mora? ¿Dónde está? Porque yo no la he visto…
- ¡Uff…! ¡Hace tanto tiempo de aquello…! Ni a moros ni a cristianos les interesaba que aquella tumba continuase visible como testigo mudo de la injusticia que unos y otros había cometido contra los dos jóvenes. Los padres del hidalgo, sobre todo la madre, algunas veces iban por allí y la limpiaban, o ponían las piedras bien colocadas… Pero en cuanto ellos se murieron, nadie se preocupó de la tumba. Crecieron los brezos, se corrieron las piedras, la pisotearon los animales… Es decir, desapareció. Si es que hasta el recuerdo del mismo hidalgo se ha perdido.  Así que la tumba con mucha más razón. Podría estar en cualquier sitio, pero es imposible averiguarlo. Nos basta saber su historia y lo que sucedió…

            Un día mi padre me trajo un paquetito, muy pequeño:
- Toma, -me dijo-. Te lo envía el sacristán de Berzosa.


Yo lo cogí con curiosidad. Creía que serían recortes de hostias, pero no: ¡eran unas hojas  de cuaderno escritas! Y en ellas estaba el romance que yo no pude copiar, pero que él me contó. ¡Lo había copiado para mí! También mi madre lo había guardado con todas las demás cosas de los tiempos infantiles de sus hijos.



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       - Berzosa de los Hidalgos.

- Fuente La Mora.
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- La Mora de la Fuente, II: EL ROMANCE.


                             Próximo: ROMANCE DE "EL HIDALGO BERZOSEÑO"


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