domingo, 1 de mayo de 2022

Micieces de Ojeda. HIMNO A LA PATATA. (Micieces, pueblo patatero, XIX)






Pablo Neruda escribió la "Oda a la papa". "... papa y no patata, no naciste castellana...", pero se hizo castellana y universal. Y en Castilla, en el norte palentino, en las comarcas de la Ojeda y el Boedo, alcanzó niveles de excelencia.

José Luis Rodríguez Ibáñez escribió el "Himno a la patata", que también papa, a esta patata norteña que ha contentado a tantos corazones ("a barriga llena, corazón contento").


HIMNO A LA PATATA 

Un himno de gloria cantemos
a la humilde y heroica heroína
que nace enterrada,
y va soterrada
creciendo a su propio ritmo:
tubérculo humilde y sufrido,
nutricia raíz agraciada,
alimento de pobres y ricos…
¡Gloria a la patata!

*** *** *** ***

Patata de nombre llevas,
y solanum en latines
con tuberosum de afines.
No eres fruto, pero elevas
los valores de tus bienes
y nos das ricos festines.
 
En los barcos de Castilla
la mar océana cruzaste
y en Europa te plantaste
humilde siempre y sencilla:
¡milagrosa maravilla
contra el hambre te mostraste!

La solanum tuberosum,
la patata entre nosotros,
por España se extendió:
no le costó aclimatarse,
sí a la gente acostumbrarse,
pero al final la aceptó.
 
Patatales que ver puedo
en la Ojeda y el Boedo
en Valdivia y la Valdavia:
buena tierra campesina
castellana, palentina,
de gente labriega y sabia.

Patatales bien labrados,
ensurcados,  abonados,
productores de patatas
en vegas y regadíos,
en páramos y sequíos,
buenas, sabrosas, baratas.

Patatales, hermosura,
verdor, flores y frescura.
En las tardes veraniegas
por los surcos agua corre:
¡que toda planta se amorre
y dé el honor a la vega!
 
Patata de regadío
o de secano en estío,
patata muy tempranera
o de cosecha tardía:
sois de gran categoría
y calidad de primera.



Seas redonda o deforme,
es tu hollejo el uniforme
–gris, blanco, morado o rojo–,
que a tu médula protege  
cual tesoro para esqueje
sin mentir ni trampantojo.
 
Patata para sembrar,
escogida para dar
vida copiosa, abundante,
productiva, provechosa,
fecunda y esplendorosa,
y si florida, radiante.
 
Patata, la bien sembrada
y con amor trabajada:
¡cuánto trabajo te llevas
sin ofrecer moratorias!
Se perderán tus historias,
vendrán plantaciones nuevas…
 
Patata, la encantadora,
atractiva, vencedora
de las endémicas hambres
de los más pobres lugares:
liberaste aquellos lares
de muertes y de cochambres.

Patata, la deleitosa,
agraciada con los dones
de fécula y de almidones
que te hacen substanciosa,
deleitable, apetitosa,
y buena sin condiciones.
 
Patata, la alimenticia,
apetecible delicia,
digestiva, asimilable,
benéfica, tentadora,
golosina, sanadora,
provechosa y saludable.
 
En cocina competente,
eres brillante y valiosa,
suculenta, fastuosa,
servicial y conveniente,
acompañante excelente,
fina, tierna y muy sabrosa.
 
Si sola, eres sorpresiva,
suficiente  y ventajosa;
con los demás, generosa,
encantada, comprensiva,
favorable, compasiva,
admirada  y deliciosa.
 
Patata maravillosa,
distinguida, primorosa,
pulcra, propicia, pulida:
en comidas elegantes
te luces exuberante,
estupenda y distinguida.
 
Abnegados labradores
de patatas productores:
las famélicas legiones
gracias a vuestras patatas,
suculentas y baratas,
no murieron a montones.
 
Del campo norpalentino,
como el cáñamo y el lino,
la patata se nos va:
muchos gastos y trabajo,
y beneficio muy bajo…
¡Alguna nos quedará!

Ni un topónimo nos queda
que de patatal proceda,
ni al tubérculo delata
en la tierra o en el mapa
señal alguna de papa.
¡Pena me da la patata!
 
             *** *** ***
Un himno de gloria cantemos
a la humilde y heroica heroína
que nace enterrada,
y va soterrada
creciendo a su propio ritmo:
tubérculo humilde y sufrido,
nutricia raíz agraciada,
alimento de pobres y ricos…
¡Gloria a la patata!

José Luis Rodríguez Ibáñez.
Marzo, 2022.




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Himno a Micieces de Ojeda