jueves, 27 de diciembre de 2018

Micieces de Ojeda. CHORIZOS Y HALLACAS EN MICIECES.








CHORIZOS Y HALLACAS

            Hacer chorizos en Micieces no es ninguna novedad. Pero hacer hallacas, sí. Y creo que es primera vez en la historia de Micieces que se hacen.



            Invierno. Clima frío y seco. Desde siempre en esta época se han hecho chorizos. Antes, en todas las casas, se hacía la matanza del cerdo y se elaboraban chorizos, jamones  y morcillas.  Se ponían en conserva las costillas, el lomo, el tocino… Era la reserva para todo el año.  Ahora solo en algunas casas se hace la matanza  completa. En otras, chorizos o morcillas. Es más cómodo comprar en el súper.



            Pero el chorizo casero  no está en el súper. Cada familia tiene (o tenía) su receta. Este año hicimos chorizo y, a pesar de algún incidente (eso es otra historia), nos quedaron… como tienen que quedar para poder decir: “hay muy buenas marcas de chorizo, pero el que mejor me sabe es el de mi casa”.

          


  En Venezuela hay un plato típìco de Navidad: la hallaca, que se hace en todos los hogares venezolanos (o se hacía, porque en estos tiempos…). Y cada familia tiene su receta. Y son buenas, pero si le preguntas a alguien cuál es la mejor, con seguridad te va a contestar: “la que hace mi mamá”.
            











Después de los chorizos, decidimos hacer hallacas en Micieces.

            La hallaca es una mezcla de ingredientes  de origen euroasiático (aceitunas, alcaparras, cebolla, pasas, ajo…), americano (maíz, pimiento, tomate, onoto, papelón…) con carne de cerdo, vacuno y gallina. Todo envuelto en hojas de plátano.



            Quien prueba una hallaca por primera vez dice: “me sabe a… y también a… y a…”, porque la hallaca es variedad de sabores. Alguien le puso el nombre de “multisápida”.



La elaboración de hallacas es un trabajo familiar (guisar, amasar, rellenar, envolver, amarrar…) como la del chorizo (amasar, preparar y “coser” la tripa, rellenar, achorizar…).

Y nuestro equipo familiar (mi tía Teya, Rocío, la Sole, Raúl, Julio, Angelito…) se divirtió haciendo chorizos y hallacas.





Los chorizos se están curando,  pero probamos las jijas: “buenísimas, como las de mi madre”. Y las hallacas no necesitan tiempo de curado. También están buenísimas. No puedo decir que como “las de mi madre”, pero sí como las de la familia. 

ARI





Sobre LAS COMIDAS DE MICIECES puedes ver:


Y más sobre Micieces en:


lunes, 19 de noviembre de 2018

Virgen de la Calle de Micieces. El nombre "DE LA CALLE".







EL NOMBRE "DE LA CALLE"

Iglesia de la Compañía (Palencia).
Virgen de la Calle de Palencia
A finales del siglo XVI (1581-1590) se construye en Palencia la iglesia que se llamará de la Compañía, porque la hizo la Compañía de Jesús. Hoy se la conoce popularmente con ese nombre o como la iglesia de la Virgen de la Calle. En ella se dio cabida a la imagen de la Virgen de la Calle de Palencia, que es del siglo XV. Además, otra curiosidad: el titular y patrón de esa iglesia fue, o es, San Lorenzo mártir, y de hecho está en el centro del retablo del altar mayor. ¿Coincidencia en que Micieces tenga la misma Patrona y el mismo Patrón que esa iglesia de Palencia? Puede ser. También pudiera ser que copiase de Palencia por influencia de alguien de mayor autoridad, o por el simple peloteo de alguien que quería más poder o ascender en el escalafón…


O quizá tenga una explicación mucho más simple. Por el motivo que fuese, en la iglesia que estaba en el centro del pueblo, en el cruce de sus calles, no había una imagen de la Virgen, y ésta que vino de San Andrés, ya se llamaba así: la nueva que la sustituyó siguió con el mismo nombre. Pero pudo ocurrir que tanto la antigua, si la hubo, como la nueva necesitaban un nombre, y el pueblo llano se lo puso. ¿Cómo llamarla? Pues por el nombre popular con el que se pudo conocer esta iglesia o ermita.

El pueblo tenía tres iglesias: la ermita de San Lorenzo, la parroquia del Altolaiglesia (así, todo junto), y otra ermita en el centro del pueblo. Cuando la gente, ahorradora de palabras, preguntaba: ¿Dónde es la misa… o los cultos…? Se respondería de la forma más sencilla y fácil: “En San Lorenzo…, o en el Altolaiglesia…, o en la de la calle”. Y la ermita del centro del pueblo pasó, con el tiempo y el uso, a ser “la que está en la calle”, o sea, más breve, “la de la calle”. Y la imagen de la Virgen que estaba en la ermita vendría a diferenciarse de otras que había en la iglesia parroquial por el lugar donde se le daba culto: esta era la de la ermita de la calle, o sea, pasó a ser la Virgen de la ermita de la calle. Y el pueblo, consecuente con la idea y con la economía castellana de lenguaje, le dio el nombre de “de la Calle”, la Virgen de la Calle.


Virgen de la Calle.
(Redecilla del Camino)
La de Palencia se llamó de la Calle porque estaba en la calle y en la calle se le rezaba. Igualmente la de otro pueblo del camino de Santiago, Redecilla del Camino (Burgos), se llama también de la Calle porque desde la calle se la veía y se le podía rezar sin entrar en la iglesia.

¿Y por qué no pudo ser así? Quizá sea la forma más natural y lógica. Pero es más bonito lo de la leyenda milagrosa del panadero y aquello de “a la calle me tiras, de la Calle me llamaré”. Actualmente parece que lo progre es negar todo lo que no podemos comprender, incluidos los milagros ¿Pero quién puede demostrar que no sucedió realmente el milagro del panadero?



                                                                                                                                                       
                                                                                                                                                   (JLR)

Virgen de la Calle.
(Micieces de Ojeda)









































Más sobre la Virgen de la Calle y sobre Micieces en:




sábado, 17 de noviembre de 2018

¿DE DÓNDE VINO LA VIRGEN DE LA CALLE DE MICIECES?








LA VIRGEN DE LA CALLE, ¿DE DÓNDE VINO?


Hay en Micieces una tradición oral que explica el origen de la Virgen de la Calle. Según esa tradición proviene del poblado o caserío de San Andrés ("De tres pueblos, uno"). No se sabe si antes, en los días de su fiesta, como la de San Lorenzo, traían su imagen a Micieces. El caso es que, según cuenta la tradición, cuando desapareció el poblado de San Andrés, los miciecenses se encargaron de recoger la imagen y traerla a la ermita del centro de su pueblo.

Y la trajeron en procesión, al atardecer, que en el mes de noviembre ya era anochecida y, normalmente, noche fría. Por lo tanto los fieles llevaban velas, antorchas y faroles como luminarias. En cuanto a las flores, en aquel entonces, en Micieces y en noviembre, no es que hubiera muchas, quizá alguna en algún patio interior. Pero se recogieron las que sí que había en los humedales: los pelusos. Y en vez de echar al paso de la Virgen pétalos de flores, que no había, alfombraron la calle con plantas olorosas, con hojas de la enea y de espadaña, y con los vilanos de los pelusos desmenuzados.

También pudo ocurrir que, allá por el siglo XVI, los miciecenses quisieran tener en su ermita una imagen de la Virgen, que quizá no tenían, o cambiar la que les parecía ya “vieja” y no era de su gusto. Y encargaron otra “nueva”, al estilo y con la belleza propia de la época: cuando el artista se la entregó, la hicieron un recibimiento semejante a lo que se dice más arriba. También pudo ocurrir que sucedieran ambas cosas, cada una a su tiempo.

Y parece lógico que después de lo religioso la gente hiciese algo de fiesta nocturna alrededor de una hoguera. Las hogueras festivas nocturnas eran frecuentes en los pueblos, incluso se emplearon en ocasiones como medio de comunicación entre pueblos vecinos. Históricamente no es esta la única ocasión, como puede leerse en los libros y romances de antaño.


 La hoguera y los pelusos se celebra la noche del 20 al 21 de noviembre.
 La fiesta de la Virgen de la Calle, el 21.

Lo que parece cierto es que de aquella procesión que se hizo para recibir en la ermita del pueblo a la imagen de la Virgen, (la “vieja” o la “nueva”, o quizá en las dos ocasiones) arranca la tradición de la hoguera y de los pelusos.
De entonces a hoy han pasado años y siglos y, básicamente, se mantienen las tradiciones ("Haciendo memoria"). La hoguera alegra la fiesta después de los rezos y sirve para hacer el chocolate. Lo de los pelusos se ha transformado en una especie de batalla floral entre todos los asistentes, con un límite de tiempo, que se suele respetar, para poder disfrutar luego tranquilamente de la hoguera y del chocolate. Recuerdo que, no sé por cuándo, hubo algún intento de suprimir la hoguera y, sobre todo, los pelusos. Pero ahí siguen las tradiciones con fuerza. Merece la pena conservarlas.

¿Será esta imagen nuestra la del panadero de la leyenda? Desde luego que no: la leyenda dice que la descubrió en un madero que no quería arder. Esto significa que los cristianos de la zona la habrían ocultado cuando empezó la invasión árabe, el 711, ó unos años después (siglo VIII): tendría que ser necesariamente de otro estilo. Y nuestra imagen procede del siglo XVI. ¿Quizás pueda ser la que dicen que había en el poblado de San Andrés? Puede ser, pero no tenemos constancia de ello.
¿Y la imagen que vino de San Andrés es la misma que nuestra actual Virgen de la Calle? Tampoco es probable porque el traslado a que hace referencia la historia oral tuvo que ser bastante antes del siglo XVI, fecha de la imagen actual. Posiblemente hubo otra imagen anterior que se veneraba en aquel lugar y pudo ser trasladada a la ermita de Micieces. Con el paso de los años, y tal vez de los siglos, los cánones de belleza cambiaron y alguien diría que era ya “vieja” y que no gustaba a la gente y el pueblo quería tener una virgen más bonita. Coincidiría con una época de bonanza económica y se encargó otra imagen acorde a los cánones de belleza de la época. ¿Y la imagen antigua? Ni se dio importancia a su cese, ni se guardó… Simplemente dejó su sitio a la nueva. Por lo menos pudo ocurrir así. Ni es el único sitio donde esto sucedió, si es que sucedió, ni tampoco el único periodo de tiempo en que se cambiaron unas obras de arte antiguo por otras más modernas.

(Algún miciecense recuerda que una imagen antigua (románica o gótica) desapareció hace muchos años y a él le pareció que era una que vio en el museo de arte románico de Barcelona. Esto, y más, se puede sospechar, pero no se puede probar a no ser que alguien descubra nuevos documentos…)

(JLR)





Más sobre la Virgen de la Calle y sobre Micieces en:


martes, 23 de octubre de 2018

Micieces de Ojeda. REFRANES Y DICHOS SOBRE LAS PATATAS. Micieces, pueblo patatero. (XVIII)




ALGUNOS REFRANES Y DICHOS SOBRE LAS PATATAS





  - A la patata, tápala. (Palíndromo).
   - A labrador tonto, patata gorda.
 - Agua en agosto, patatas, miel y mosto.
   - Aunque me cubras en abril, hasta mayo no he de salir ─dice la patata.
   -  Comer patata, engorda pero no mata.
 - Cuando empiece a marcear, siembra el patatal.
  - Donde no hay mata, no hay patata.
- El que ayer comía cebollas y patatas, hoy gasta mucha carne en brasa




   - En fin, patatas en latín, mier… en castellano.
 - Hay más días que patatas. 
- La patata y la mujer, bien calientes; si se enfrían, ni el diablo las mete el diente.
- Las patatas en agosto cosechadas, son las mejores para guardadas.
 - Más prefiero jamón crudo, que patatas cocidas.
  - Más vale patata en paz que tajada en guerra.
  - Más valen dos bocados de vaca que siete de patata. 
  - Más valen patatas en reunión, que perdiz en un rincón.
 - Mi corazón palpita como una patata frita.
  - Ni que me siembres en marzo, ni que me siembres en abril, hasta mayo no he de salir.
- Para comer, patatas a lo pobre; y a la noche, para postre.
  

- Patata de la Ojeda, / hasta la holleja es buena;
y si es de Micieces , / buena tres veces.


 - Patatas cocidas, alargan la vida.
 - Patatas con arroz, con hambre buenas son.
 - Patatas todos los días, hasta al pobre hastían.
- Si hay patata, el hambre se pasa.
- Todo escaso, menos las patatas.












Y más sobre las patatas en Micieces:


Ver en CONTENIDOS
"Micieces, pueblo patatero"

Y todo sobre Micieces en:

http://www.miciecesmipueblo.es

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Micieces de Ojeda. DIÁLOGO DEL HORCONERO Y SU NOVIA.



(Se puede leer intercalando las estrofas, como si fuera diálogo: una del horconero y una de la novia...)


BALADA DEL
EL HORCONERO
SUSPIROS DE     
 LA NOVIA
1.     Con el horcón al hombro
va el horconero,
recorre los caminos
y los senderos.
El patatal espera
en su silencio
con su verdor perdido
solo en lo externo,
pues lo que hay bajo tierra
está bien hecho,
y es tiempo de atropar
ya los tubérculos.



1.     Se van los horconeros
al patatal,
y con ellos mi amor
también se va.
A atropar las patatas,
madre, voy ya,
porque no se impaciente
por esperar.



2.     Cuando el sol se coloque
sobre los cerros,
verá ya en su trabajo
al horconero
pinchando sobre el surco
su horcón de hierro,
sacando las patatas
guardadas dentro.
Las deja descubiertas
sobre el terreno:
detrás, atropadoras
van con los cestos.



2.     Atropando patatas
sigo a mi amor.
Si las dejas bien sueltas,
te miro yo.
Cada vez que en el surco
hundes tu horcón,
el amor que te tengo
se hace mayor.



3.     El rocío y la escarcha
no le dan miedo,
ni el viento congelado,
ni el duro cierzo:
es un hombre de campo,
buen horconero,
austero castellano
y patatero.
El trabajo es su sino
y el poco sueldo,
y penuria, y sudores
hasta en invierno.

3.     Sacador que bien sacas
todos los pies,
si los sacas de prisa
no puedo ver
tu rostro moreno,
sino tus pies:
¡quiero que en mí tu cara
se grabe bien!  



4.     La campana del ángelus
recuerda el rezo.
El trabajo se para,
se yergue el cuerpo,
los hombres se destocan
gorra o sombrero. 
La oración rezan unos
en su silencio.
Alguno afirma seco
mirando al cielo:
─“Llegó ya el mediodía,
luego comemos”.

4.     Sacador de patatas,
deja el horcón,
descansemos un poco
juntos, mi amor,
oyendo la campana,
su alegre son.
¡Cuándo será de boda
entre tú y yo!



5.     La comida ha llegado
y está en el centro.
buena mesa es la tierra;
la hierba, asiento.
Es comida común
que pone el dueño
y completa el jornal
y entra en el sueldo,
a no ser que se acuerde
la paga en seco.
Y después de comer,
viene el sesteo.

5.     Junto a ti en la comida
me he de sentar,
y si dicen, que digan:
celos serán.
Y después, apartados,
hemos de hablar
de un hermoso futuro
para soñar.



6.     La tarde se hace larga;
el tiempo, eterno.
Dormidito entre nubes,
el sol va lento.
Del norte llega fuerte
el frío cierzo.
Tirita dentro el alma,
y fuera, el cuerpo.
Se entumecen de frío
manos y dedos,
la espalda y los riñones
se quedan tiesos.

6.     ¡Lenta y larga es la tarde!
¡Qué desespero!
Saca y saca patatas
el mi horconero.
Y cada vez que me mira
yo veo el cielo,
y el frío de la tarde
no es tan intenso.

7.     Anocheciendo el día,
el horconero
con su horcón al hombro
se viene al pueblo.
Sacó bien las patatas,
es patatero,
trabajó todo el día
con poco sueldo.
─En la plaza, en la fuente,
después te espero
─le dijo a su morena
casi en secreto.

7.     Terminó ya el trabajo
y recogemos.
Agrupados o solos
vamos al pueblo.
Quien a mí me acompaña
es mi horconero.
─En la plaza, en la fuente,
allí te espero

(JLR)

























Sucedió en Micieces, pero la historia no termina en la fuente, en la plaza del pueblo.
En la primavera siguiente las campanas de la iglesia tocaron a boda: el horconero y su novia se casaron.
La mayoría de las historias, después de la boda, terminan con un "y fueron felices..."
Esta no termina así. Bueno, sí fueron felices, pero la historia continuó.
Al poco tiempo, para sacar las patatas, el horcón fue sustituido por el arado, que seguía dando trabajo a las atropadoras. Y después apareció la sacadora de patatas, que las atropaba y ensacaba.
El horconero y la atropadora, como tantos otros, tuvieron que emigrar. Así, en su nueva vida, lejos del pueblo, tuvieron hijos... y cuentan su historia a sus nietos... y siguen siendo felices...




Más sobre Micieces en:





Himno a Micieces de Ojeda