LAS OREJUELAS
Lo que sí es
tradición y viene desde… siempre, son las OREJUELAS.
Incluso
cuando en casa las hemos hecho en verano, simplemente por gusto y por comerlas,
su regusto y sabor nos ha retrotraído a los carnavales de la infancia, que son
los que pudimos celebrar en el pueblo. ¡Y, la verdad, las orejuelas del verano
saben también a carnaval!
La orejuela es un dulce de masa de harina de trigo, sin fermentar, fina
de grosor, sin forma ni tamaño definidos, aunque suele ser cuadrada o
rectangular. Se la fríe en aceite muy caliente, por eso le salen ampollas o
abultamientos tipo globo. Recién sacada de la sartén, se le espolvorea azúcar
por encima de su cara o se le echa miel.
Hay recetas muy variadas para hacer
orejuelas y posiblemente cambien de pueblo a pueblo y, en no pocas ocasiones,
de familia a familia. Estas son unas recetas de Micieces, con las que salen unas orejuelas… para
chuparse los dedos, se lo aseguro.
RECETA 1ª: Recogida por Lidia S. en "CA LA ROSA"
1. Ingredientes
para 4 huevos:
·
4 huevos
·
Manteca de cerdo (una cucharada y media más o
menos)
·
Zumo de una naranja.
·
Azúcar.
·
Orujo.
·
Harina.
·
Bicarbonato.
2. Se baten los 4 huevos y se añade la manteca de cerdo (una cucharada y media más o menos, cuchara sopera). Y el zumo de una naranja: no exageres. Y el azúcar (2 ó 3 cucharadas, según el gusto). Si echas mucho azúcar, las orejuelas van a estar más dulces, pero se quedan duras, como tejos o tangos.
3. Añade
una copita de orujo (o una copa, no te emborrachará porque el alcohol se
volatiliza al freír). Y una pizca de bicarbonato (una cucharada cafetera).
4. Y
la harina: se va echando poco a poco, toda la que admitan los huevos batidos hasta que cuaje la
masa, quede espesa, bien batida y no se pegue ni a los dedos ni a la mesa, ni
a…
5. ¡Y...
a amasar toca! Y amasar hasta que quede como si hicieras pan, elástica, no
pegajosa… Se amasa al estilo de la de pan. Espolvorea un poco de harina en la
mesa y en tus manos para que no se te pegue.
6. Ya
amasada, se deja reposar tapada con una rodea (trapo de cocina), entre 15 y 30
minutos. No fermenta como la masa del pan: este reposo es para que toda la masa
tome el olor, sabor y gusto de todos los componentes. Esta receta no necesita
levadura, sí bicarbonato, que no es fermento, pero que hace que la masa se
esponje. Pasado este tiempo, se corta un trozo de la masa y se comprueba que ya
se puede estirar sin que se rompa y sin que se pegue.
7. En
mejor rodillo para estirar la masa es una botella de vidrio liso, de cuartillo
y medio: es el instrumento tradicional. Ahora se suele emplear el “rodillo de cocina”, ese que coge la mujer para darle al marido cuando llega
tarde, sí ese que sale en los chistes…
8. Y
la masa se va estirando encima de la mesa, a trozos, no toda de una vez. Para
que no se peguen a la mesa, úntala con un poco de aceite. No debe quedar gruesa: ¡va a ser una orejuela, no un adobe! Calcula el grueso del cartón de una caja de zapatos (?), más o
menos. La experiencia y la experimentación serán tus maestras.
9. La masa estirada se
va cortando en trozos. Puedes ser original y cortarla como te
dé la gana. La orejuela palentina suele ser siempre cuadrangular o rectangular,
sin medida fija, según te parezca, te salga o quieras. Si muy pequeñas, ¡qué ruin y cutre!, van a parecer galletitas de té inglés, no vale
la pena. Si muy grandes, se te caerá a trozos, a cachos, cuando la muerdas.
10. Y se van
metiendo en la sartén, que ya tendrá el aceite muy caliente y abundante. Cuando
ya le salen los gorgoritos (esos globos o bultos que le salen al freírlas, sin
los que las orejuelas son tangos, tejos o adobes), se les da la vuelta para que
se frían bien. No las dejes quemar, pero consigue que tengan un color de fritas,
no de crudas
11. Mientras
unas se van friendo, se van preparando las siguientes, otro trozo de masa: no
se hacen todas a la vez, sino poco a poco y al ritmo que marca la sartén.
12. En la
sartén se las mueve y maneja con una aguja metálica de las de hacer punto: era el instrumento tradicional
que había en todas las casas. Claro, hoy hay instrumentos mejores… ¿O quizá solo más caros?
13. Ya bien
frita, se saca la orejuela de la sartén y, aún caliente, recién sacada, se la
espolvorea por encima azúcar, a gusto de quien las hace. Algunos las echan
miel, pero hay un problema: si se lo echas al sacarlas, ¿cómo las almacenas y
las guardas? Se te van a pegar unas con otras, se van a romper cuando las vayas
a comer y perderán la belleza propia de la orejuela…Si piensas echarlas miel, que se lo eche quien las va a comer y cuando las vaya a comer. ¡Y el comerlas y la miel, de una en una!
14. Espera que se enfríen para comerlas. De recién
sacadas, calientes, no se aprecia el buen sabor…
15. ¡Que
las disfrutes!
RECETA 2ª: Viene de en “CA AMPARITO Y PURI”
1. Ingredientes:
· Huevos, aceite
· naranja
· orujo
· azúcar
· 1 sobre de levadura
2.
Cantidades: los
huevos son los que marcan las cantidades de cada ingrediente que vamos a echar.
Usamos de medida la cáscara de huevo: bueno, la media cáscara. Y echaremos por
cada huevo:
· media cascara de aceite,
· media cascara de orujo,
· una cucharada rasa de azúcar,
· sobre de levadura,
· harina: la que admita hasta que la masa quede elástica y
no pegajosa.
3.
Modo de hacerlo:
· Se baten los huevos.
· Se va echando el aceite (sin dejar de batir). Y el orujo
(sin dejar de batir). Y el zumo de una naranja, y el azúcar, y el sobre de
levadura: todo sin dejar de batir.
· Y la harina: se va echando poco a poco y de forma
continua: ¡y sin dejar de batir! ¡Bátelo todo junto! ¿Cuánta harina? La necesaria para que endurezca y ya no puedas batir, sino que tengas que amasar.
4.
Amasado: Cuando ya
no se pueda batir más, hay que amasarlo y echar el resto de harina que necesite y admita, pero poco a poco y a la vez que se va amasando, hasta
que quede la masa con la elasticidad y dureza propia de la masa del pan: no se
ha de pegar ni a los dedos, ni a la mesa. Mientras está suave, se pegará:
espolvorea un poco de harina para que no se pegue. Se ha de amasar bien: no
tengas prisa, pero no tengas pausa.
5.
Deja reposar la
masa, tápala con un paño: ha de mantener el calor y posarse. Aunque lleve
levadura, no fermenta como la masa del pan: son orejuelas, no pan frito.
6.
Se va cogiendo
la masa por trozos y se va estirando con un rodillo. Han de ser finas, no gruesas. ¿Qué grosor? Pues como el cartón de una caja de zapatos, o así. Y esa masa estirada se va partiendo en trozos: al gusto del consumidor, normalmente de unos 4 cm por 8 cm). Las orejuelas palentinas
tradicionales son cuadrangulares o rectangulares. Pero puedes ser original,
aunque alguno te diga que eso no son orejuelas.
7.
Se pone una
sartén grande con bastante aceite (aceite, no grasa). Se echa una peladura
(monda) de naranja hasta que fría bien: nos indicará que la temperatura del
aceite es alta, o sea, buena.
8.
Se retira la monda o peladura de naranja y se
comienza a freír las orejuelas. Mientras se fríen unas, se van preparando las
siguientes. Cuando le salen los bultos o globos por una cara y esta ya coge el
color doradito de fritas, se le da la vuelta. Y cuando ya se ve que está frita
(los bultos y, sobre todo, el color te lo dirá) se saca de la sartén y se le
espolvorea azúcar por encima en cantidad a gusto de quien las vaya a comer o de
quien las hace.
9.
Seguro que te
saldrán bien. Y si no te salen orejuelas, no tires la masa: haz rosquillos -pequeñas rosquillas redondas y fritas- que también son estupendos. De todos modos la experiencia y la experimentación son las madres
de la ciencia… ¡Que las disfrutes! ¡Y me invitas!


Puedes ver también:
- EL CARNAVAL.
- LAS HORAS Y LOS NOMBRES DE LAS COMIDAS.
- LAS COMIDAS: Tradiciones y ritos.
- LAS COMIDAS: Más tradiciones y ritos.


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