AÑORANZA...
Con estas fotos puedo cerrar los ojos y sentir que estoy allí, en la casa donde mi
abuelita Dora y mi abuelito Ubaldo construyeron un hogar y levantaron a sus
hijos; allí, en el pueblo de mi padre, en ese que he adoptado como mi pueblo...
Cierro los
ojos y puedo estar en el lugar donde aprendí a andar en bici y a que, si quieres
seguir jugando, tienes que sacudirte el polvo de las rodillas y decir que las
pupas no duelen... Donde aterricé en charcos de lodo y lo siguiente era reírnos
sin parar. Y donde pensé que me ahogaba por caerme en el río, aunque el agua no me
llegaba ni a las rodillas.
Este lugar
es donde me he comido los mejores bocadillos con tomate y aceite de oliva, o
donde me han preparado, de merienda, unos bocadillos con nocilla para
disfrutar junto a la fuente de san Lorenzo...
También allí
aprendí que las piñas pueden ser de madera y que si te piden una cebolla del
huerto, no hay que sacar todas las que están sembradas...
Allí
correteaba y alimentaba a los Conejos, mis amigos, como Alicia y el Conejo
Blanco... Es donde me atreví a comer caracoles, cangrejos y conejo (hasta que
vi por qué, entre vez y cuando, se desaparecía uno de mis amiguitos del patio... y ya nunca más
pude comerlos).
Allí es
donde descubrí que las despedidas siempre duelen, pero las distancias nunca
impiden que el amor sea inmenso. Que aunque ahora, al volver, ya no estén
quienes nos recibían en el puente de la entrada, siempre podremos cerrar los
ojos y sentir que nos abrazan, que permanecen en nuestros corazones...
Allí, en Micieces,
siempre habrá un pedazo de mi corazón... Y si fuera Alicia, este sería mi
"País de las Maravillas".
Orietta Rodríguez (La Catira, Cati).