jueves, 19 de julio de 2018

Micieces de Ojeda. COPLILLAS EN LA FIESTA DE LA PATATA. (Micieces, pueblo patatero, XIV).





ABC, 19-11-1972
       En Micieces se celebró la PRIMERA FIESTA COMARCAL DE LA PATATA, el 21 de noviembre de 1972, junto con la fiesta de su patrona, la Virgen de la Calle. Hubo reina de las fiestas, dulzaina, música, brindis, degustación de diferentes platos elaborados con patatas… Y, desde luego, la tortilla, casera y hecha por las cocineras y cocineros miciecenses,  fue el plato rey –mejor, reina− de la fiesta.

Y en esa FIESTA DE LA PATATA en Micieces, se cantaron estas coplillas. (Las publicamos para que, al menos, quede constancia de ellas).


COPLILLAS EN LA FIESTA DE LA PATATA

(MICIECES, 21-11-1972)

      Los valles de Boedo-Ojeda (bis)
se han unido en hermandad
para ver si a la patata
la pueden promocionar.

Neveira, neveira,
neveira do mar:
la fiesta la patata
está a todo gas.
Está a todo gas, 
está a todo gas,
la fiesta la patata
pronto va a empezar.

El veintiuno de septiembre (bis)
es la Virgen de la Calle
por eso los de Micieces
celebran fiesta tan grande.

En este anunciado día (bis)
se hace una gran hoguera
pues es costumbre de siempre,
no queremos que se pierda.

En la fiesta la patata (bis)
no nos faltará la luz
porque la reina de este año
se llama María Jesús.

Los obispos van a Roma (bis)
a celebrar el Concilio,
yo me voy para Micieces
a la cantina Cecilio.

En la fiesta la patata (bis)
no nos faltará el humor
pues tenemos a Pacines
que es buen organizador.

Las patatas de Micieces (bis)
dicen que tienen buen guiso
porque las ha cosechado
Herminio en el Indiviso.

La víspera de la fiesta (bis)
Manolín no fue a ordeñar:
dicen que estaba de juerga,
nada importa lo demás.

No quería ir a Micieces (bis)
pero al final sí que vine
porque servía las copas
el hijo la señora Trini.

En la Ojeda la patata (bis)
 tiene mucho porvenir,
y también lo tiene el trigo
que nos compra José Luis.

Porque voy a ir a Micieces (bis)
mi madre me da la lata:
no sabe que se celebra
la fiesta de la patata.

Los vasos de Barcenilla (bis)
son unos vasos muy finos,
pero al fin se los llevaron
metidos en los bolsillos.

También la Caja Rural (bis)
ha donado unos platos,
pero también pasará
lo mismo que con los vasos.

En tortillas de la fiesta (bis)
no puede faltar chorizo,
tampoco puede faltar
nuestro buen amigo Chicho.

Al Delegado Sindical (bis)
también le felicitamos
por su colaboración
y porque con él contamos.

 Al Capitán de Herrera (bis)
no podemos omitir
el buen celo que nos tiene
por nuestro gran porvenir.

Barcenilla, el de Herrera, (bis)
       es un señor excelente
porque nos ha invitado
a vino a toda la gente.

 Al señor Gobernador (bis)
las más expresivas gracias
porque nos acompañó
       en la fiesta la patata.


miércoles, 11 de julio de 2018

Micieces de Ojeda. Y VOLVIÓ LA CIGÜEÑA A MICIECES.





Y VOLVIÓ LA CIGÜEÑA A MICIECES.

Hace casi medio siglo
Micieces perdió su cigüeña,
y el congénito instinto cicónido
impidió que volvieran.
Pasaban otoños e inviernos,
samblases y primaveras,
y solo de tarde en muy tarde
alguna errática vuela  
por el cielo azulado del pueblo
sin posarse siquiera.
¡Es que en sus genes grabada
la ciencia de la vida llevan!
Pero la gente sencilla del pueblo,
a pesar de todo, la espera:
─Si vuelven las oscuras golondrinas,
las codornices regresan,
los vencejos, pájaros y aves
se van y los vemos de vuelta,
¿por qué va a ser imposible
que el pueblo no tenga cigüeña?
Y un alto poste-palón
plantan del pueblo muy cerca
copiando estructura de nido
al modo mejor del Ikea.
Alguna voló por encima
y miró la cosa allí puesta.
Hubo otras curiosas
que al nido supuesto se acercan
volando bajito en redondo
y dando en su entorno la vuelta.
Mas, luego y sin más,
se marchan solemnes y prestas.
¡Y Micieces siguió como antes
sin tener su cigüeña!

¡Ya llegó la cigüeña a Micieces!
decía una vieja.
¡En la ermita, junto a la campana,
hay dos posadas, muy quietas!
Lejos quedó ya san Blas de febrero
y está florecida la primavera.
¿Qué importa ya el refranero?
Las gentes mayores se alegran,
los niños, escasos, las miran,
y todos, muy pocos, comentan
lo que fueron en tiempos pasados
y son las cigüeñas.
Y miran pasmados arriba,
y con la boca abierta,
y ven a las dos posaditas, muy juntas,
formando amorosa pareja,
en la altiva y humilde espadaña
de la ermita que ejerce de iglesia.
Y allí, en lo más alto, amorosas,
las dos crotorean
o machacan el ajo al mortero,
según el pueblo se expresa─.
Y la gente se alegra y admira
su figura elegante y apuesta,
su pico tan rojo,
sus alas tan negras,
sus patas tan largas y rojas
y, en fin, su estampa tan bella,
que parece vestida de frac
para una gran fiesta.
En el nido y a la pata coja
seguras y enhiestas se quedan,
siempre mirando hacia el viento:
en esa postura no las despeina.
¡Y aquel mal agüero de en tiempos,
el tiempo se lleva!
¡Ya tiene Micieces
pareja de blancas cigüeñas!

Y en los días siguientes
Micieces contempla
un ir y venir muy constantes
de las ambas cigüeñas
portando ramas y palos del campo,
y picotadas de paja y de hierba
para el nido que en la misma espadaña
van haciendo con arte y presteza.
Prisa han de darse,
porque el tiempo apremia:
san Blas quedó lejos
y está muy avanzada la primavera.
Desde la espadaña, allá arriba,
al pueblo vigilan serenas;
y desde abajo las gentes
miran a sus dos cigüeñas.
Y ya de mañana,
en el campo, el río o praderas
se las ve buscando comida
cual señoras y dueñas.
Con vuelo solemne y pausado,
a la atardecida regresan
y, para posarse en su nido,
elegantes planean.
En la espadaña toca la campana:
en la ermita hay fieles que rezan,
y las cigüeñas arriba
su rezo las dos crotorean.

Aquellas cigüeñas de antaño
no es que fueran ateas,
quizá solo laicas,
porque huyeron de torres e iglesias
y pusieron sus nidos
en los olmos y olmedas
que el pueblo tenía en su entorno
y en las verdes afueras.
Ahora sí podemos decir,
según albertiano poema,
que su canto baja del cielo
y sirve de nana muy buena
para las gentes mayores y niños,
si niños hubiera.

Dicen que, después de días,
una en el nido se queda,
agachada, quieta y silenciosa,
para que nadie la vea.
¡Eso es que ha puesto los huevos,
o que los ahuera!
Dicen que la otra recorre
los campos, río y praderas
buscando abundante comida
para ella y su compañera.
Cuando nazcan los cigoñinos,
quizás dos o tres sean,
todas las horas del día
ocuparán en la empresa
de criar a sus hijos
y enseñarles a ser aves buenas.

Pero esa ya es otra historia
que por san Blas, cuando venga,
quizás les podremos contar,
si nadie lo impide ni veda.
Y si emigran del pueblo,
que al menos algunas de ellas
regresen cada año
y el rito y refranes mantengan.
¡Y Micieces podrá ya decir
que tiene cigüeña!



José Luis Rodríguez Ibáñez
Julio, 2018


 Puedes ver también (pinchar):



Y mucho más sobre Micieces en:



viernes, 6 de julio de 2018

Micieces de Ojeda. LA FIESTA DE LA PATATA. (Micieces, pueblo patatero, XIII).








LA FIESTA DE LA PATATA

La primera FIESTA COMARCAL DE LA PATATA se celebró en Micieces de Ojeda el día 21 de Noviembre de 1972. Fue organizada por la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos, con la colaboración de la Delegación Comarcal Sindical de Herrera de Pisuerga, el Ayuntamiento de Micieces de Ojeda y la Caja Rural Provincial. En la fiesta participaron representantes de casi todos los pueblos de la comarca Boedo-Ojeda.

Se venía celebrando en tierras palentinas el Festival del Trigo, la Fiesta del Cangrejo… y alguna otra, para destacar los productos típicos de la zona. Y claro, faltaba el reconocimiento del que se había convertido en producto estrella de la comarca: la humilde patata.

Y la fiesta fue espectacular. La prensa reseñó el acontecimiento con lujo de detalles: organizadores, reina y damas de honor, concursos, verbena, premios, hoguera (claro, coincidió con el día de la Virgen de la Calle, patrona de Micieces)… Tuvo tanto éxito, que se decidió celebrar la fiesta de la patata cada año, pero en un pueblo distinto.

En efecto, en 1973 se celebró en Revilla de Collazos la segunda Fiesta de la Patata. Y también fue un éxito. A partir de ahí, no sé por qué razón o razones, parece que se olvidaron de la fiesta. Hasta que casi 30 años después, aparece la FERIA DE EXALTACIÓN DE LA PATATA, en Herrera de Pisuerga, con la colaboración de la Diputación Provincial y la Mancomunidad de los Ayuntamientos de la comarca Boedo-Ojeda. Y desde hace 18 años se celebra en el último fin de semana de octubre. En Alar del Rey también se hace referencia a la “exaltación de la patata” en la feria del Pilar.






























Y es que, con fiesta o sin fiesta; con feria o sin feria, las patatas de esta zona son las mejores:

 “Patatas de la Ojeda,
 buenas hasta la holleja;
(y las de Micieces,
 buenas tres veces)”.












 Más sobre las patatas y Micieces (pinchar):

- LINARES Y PATATALES.
- LA PATATA EN MICIECES.
- UN POCO DE HISTORIA (sui generis) DE LA PATATA.
- OTRO POCO DE HISTORIA.
- LA TORTILLA Y EL PUCHERO.
- CORTAR LAS PATATAS PARA LA SIEMBRA.
- ¡A SEMBRAR PATATAS!
- ¡A REGAR LAS PATATAS!
- EL ESCARABAJO DE LA PATATA.
- ¡A SULFATAR!
- ¡A ATROPAR PATATAS!
- CLASES DE PATATAS.


 Y casi todo sobre Micieces en:



Himno a Micieces de Ojeda