lunes, 16 de octubre de 2023

Micieces de Ojeda. LECHE DE BURRA. Asnos de Micieces.







LECHE DE BURRA


 Fue la leche de las burras

desde los tiempos antiguos,

usada así al natural

o con otros aditivos,

remedio de enfermedades

y elemento curativo,

y buen cosmético humano,

muy caro, pero efectivo.

Esto venía de lejos,

de los imperios egipcios,

que los griegos les copiaron

y por Roma fue asumido.

La famosa Cleopatra

se bañaba en dicho líquido

y obnubiló  a Julio César,

a Marco Antonio lo mismo,

incluso a la misma Roma

deslumbró con sus hechizos.

La Popea de Nerón

tenía un rebaño asnino,

de buenas asnas lecheras

que se llevaba consigo

cuando la corte imperial

marchaba de uno a otro sitio.

De otras damas de la historia

otros hechos parecidos

se cuentan como curiosos,

pero siempre son verídicos.

Cosmético muy valioso

la leche de burra ha sido,

mas para bañarse en ella,

tenía que ser muy rico.

En los pueblos castellanos

era requetesabido

que la leche de las burras

tenía algunos principios

sanativos, curadores,

sobre todo para niños.

Semejante es a la humana,

con un dulzor exquisito,

rica en ciertas vitaminas,

minerales positivos,

que ayudan y fortalecen

eso del metabolismo…

y otras muchísimas cosas

que médicos y científicos

saben y han investigado

y lo cuentan en los libros…

En el común de la gente,

por vergüenza y miedo a dichos

y refranes populares,

era familiar sigilo

si la leche de la burra

se usaba como  un auxilio

en enfermedad o males

diversos y conocidos.

Y por aquellos entonces,

hace de esto casi un siglo,

los remedios naturales,

el saber de los antiguos,

los rezos con fe y paciencia

eran casi único alivio.


Pues sucedió que a su tiempo

una niña al mundo vino

en casa de mis abuelos,

la novena de sus hijos,

hermana de la mi madre,

– de ella, pues,  yo soy sobrino–.

Como Teya, hipocorístico,

todos la hemos conocido.

Y la niña va creciendo

con carácter enfermizo,

pequeñita y frágil niña,

a la que enferman el frío

del  invierno y, del verano,

sol y calor excesivos;

tiene alergias y problemas

en el tracto digestivo…,

y otras muchas cosas más,

sin encontrar lenitivo.

Pues el médico un buen día

a mi abuelo esto le dijo:

‒Sé que la penicilina

un inglés nos ha traído,

pero solo en la ciudad

la compran algunos ricos:

Si quieres que tu hija viva,

acudamos al auxilio

de remedios naturales,

más baratos y… efectivos:

¡cómprate burra parida…!

¡Leche de burra prescribo!

Dice mi abuelo a mi abuela:

–¡Ya lo tengo decidido:

voy a comprarle la burra

a la Deria del Basilio.

–¡Por fin ya llegó la hora…!

¡Cuántas veces te habré dicho:

necesitamos la burra,

compra la burra al vecino!

Y la burra le compró,

y con ella a casa vino.

Para los hijos presentes

fue alegría y regocijo.

Y bebió leche de burra 

la Teya desde allí mismo.

Y desde aquel mismo entonces,

su aspecto tan abatido

fue cambiando al de risueño

de infantil y salutífero.

Era una burra… burreña,

de color desmerecido,

brusca y algo traicionera,

poco amiga y sin amigos,

pero se deja ordeñar

y dio su leche en servicio.

Y cuando ya se secó,

habían de la Teya huido

los males que la aquejaron

y ella lucía cual lirio.

Vendieron, pues, la pollina

después de  un tiempo impreciso,

a un tratante de feria

sin preguntar su destino…

Y siguió la vida el curso

que tenía ya prescrito.

Y la Teya llegó a moza,

se casó y tuvo sus hijos,

ha llegado a ser abuela

y es bisabuela ahora mismo…

Dentro de la mi familia,

la más longeva es y ha sido:

le faltan solo cinco años

para que cumpla ya un siglo…

Es que la leche de burra

tiene poderes… divinos.

O quizá es medicinal

porque tiene unos principios

que no conocen final

ni marcado ni cumplido…

¡Que lo dice el señor Google,

que yo lo he visto y leído…!

Si alguno lo experimenta,

dígamelo, que le sigo…


(JLR)


También puedes ver:

- ASNOS DE MICIECES.

- LA MUERTE DE LA ROCADIA.

- EL "MINUTO" Y EL "SEGUNDO" DEL TIO PEPÌN.

- EL "PICIAS" DE TIO EVARISTO.

- EL "NIÑO" DE TIO FELIPE.

Y más sobre Micieces en: CONTENIDOS.

Himno a Micieces de Ojeda