lunes, 21 de abril de 2014

Fuentes de Micieces de Ojeda: FUENTE DEL "VALLE DE LA TEJERA"





 FUENTE DEL "VALLE DE LA TEJERA"

(JLR)




La fuente llamada del Valle de la Tejera está situada en el límite suroeste del término municipal de Micieces, lindando ya con el de Báscones. Es la vertiente y ladera norte del alto (o monte) del Cueto. Estos montes presentan un arbolado que es fruto de la reforestación, menos lo que se dio a los vecinos como roturos o quiñones. Y la repoblación forestal se hizo a base de pino. Así que todos estos montes son pinares, menos lo cultivado y algunas manchas más o menos extensas que se conservan de los autóctonos robles. 

Fuente del Valle de la Tejera
Es muy posible que el nombre de Tejera lo tome de que aquí se hicieran tejas de tejado. Es decir: es muy posible que en tiempo hubiera aquí, en esta zona, un horno de cerámica para tejas, ladrillos y similares…Se han encontrado algunos restos que pueden ser resultado de la actividad cerámica en la zona. Además, en la otra vertiente, la del sur, ya en Báscones, sí que hay restos claros de horno y de cerámica, y también allí lo llaman Tejera. Bajo la primera capa de tierra, la cultivable, viene una segunda, prácticamente en toda la ladera del monte, de arcilla roja muy apta para ser horneada como cerámica. Y el monte daba suficiente leña para calentar el horno.

 
Tampoco sería nada raro que el nombre de Tejera le viniese a la zona por ser antiguamente monte, bosque, de tejos. (Tejera = terreno sembrado de tejos). Hubo una época en que el tejo era una madera muy valiosa y apreciada por su dureza y flexibidad. Buena para arcos, para labores de carpintería y, sobre todo, para diferentes partes importantes de los barcos. Y esto fue la perdición de muchas tejeras. Hay documentos que prueban que se talaron  montes y se llevaron su madera desde zonas más alejadas del mar.

 
La fuente de la Tejera no mana con abundancia y su manantial está señalado a su alrededor con piedras rodadas (como las de todos los manantiales, no hay otras) que dejan pasar su hilito de agua hacia el arroyo, que lo lleva, lo que no absorbe él mismo o el calor, hasta el río…  Antes, este manantial estaba casi junto al camino de Báscones. Ahora está un poco separado de él. La concentración parcelaria de tierras, arregló caminos y cameras, los hizo más transitables, los mejoró… Y el que une el camino del Indiviso con Báscones fue rehecho por la misma loma de entrevalles, buscando terrenos más sanos y altos, y se hizo más ancho y más transitable. ¡Es que ya había tractores! Incluso coches suelen ir por estos caminos que antes solo servían para personas a pie, animales y carros. Pues este camino de Báscones, al pasar por la Tejera, se separó un poco del trazado original, dejando la fuente un poco separada de él, aunque no se pueda decir que alejada.

 
En tiempos, parte del monte no sembrado de pinos (¿o quizá antes de sembrarlos?) se repartió a los vecinos en parcelas, que aquí llamamos quiñones. Y todo el alto monte se va recogiendo hacia abajo en un valle de no mala tierra de cultivo, por el centro del cual pasa un arroyo que recoge las aguas de la lluvia y las de esta fuente de la Tejera, que está en su cabecera. En aquellos quiñones se sembraron muchas patatas, sobre todo en la primera época del roturo. ¡Y eran buenas, óptimas! ¡Como que eran de Micieces y de secano! Y había que arar la tierra, sembrarlas, escavarlas, sulfatarlas, sacarlas, recogerlas… Y no había tractores: un trabajo pesado, duro y lento. Cuando se iba a la Tejera, era para todo el día. Y se llevaba la comida… Y el agua… ¿Y si faltaba? Pues se subía a la fuente a por más, o se cogía o bebía directamente del arroyo, que “agua corriente no mata a la gente…”. A lo largo del arroyo, había algunos embalsamientos hechos a propósito para rellenar botellas…



Y el valle, con su arroyo en el centro, se tiende suavemente hacia abajo, se estrecha un poco, se giran, pasa a la vera de un teso u otero llamada el Púlpito (¡qué nombre tan descriptivo para tal lugar!) y llega hasta el río o arroyo del Indiviso. Por allí va el camino de carros, pero las personas solían abreviar cruzando por Palahierro y el valle de la Paloma  para salir a las adoberas de arriba, a la Reina y al pueblo.

 
La fuente del Valle de la Tejera sigue dando su hilito de agua. Además, está arreglada y urbanizada: un buen sitio para beber, descansar y… merendar (?) después de un paseo por el campo y entre pinares






Valle de la Tejera




12-a. Fuente del "Valle de la Tejera".
a-12- Arroyo de la Tejera.
(Hidrografía de Micieces)




miércoles, 16 de abril de 2014

Canciones de Micieces de Ojeda: SEMANA SANTA (II)






CÁNTICOS DE MICIECES

SEMANA SANTA - VIA CRUCIS 1º

Este es uno de los Viacrucis o Calvarios que se cantaba en Micieces durante la Cuaresma y la Semana Santa.


1ª  ESTACIÓN
Jesús condenado a muerte

Jesús, víctima escogida,
es condenado a morir:
para darme eterna vida
quiso tal muerte sufrir.

Por vuestra Pasión sagrada,
oh Jesús, mi Redentor,
salvad el alma apenada
de este pobre pecador.

2ª  ESTACIÓN
Jesús con la cruz a cuestas

Jesús el leño pesado
abraza con tierno amor
en sus hombros colocado
por este vil pecador.


3ª  ESTACIÓN
Jesús cae por primer vez

Mi Jesús por primera vez
rendido en tierra cayó:
haré su cruz más ligera
si a sus pies me postro yo.


4ª ESTACIÓN
Jesús encuentra a su Santísima Madre

En la calla la Amargura
Jesús a su Madre ve:
de semejante tortura
mi maldad la causa fue.


5ª  ESTACIÓN
El Cirineo ayuda a Jesús

Obligado Cirineo
presta ayuda al Redentor.
Yo mi cruz llevar deseo
resignado y con amor.


6ª  ESTACIÓN
La Verónica enjuga el rostro de Jesús

Verónica compasiva
limpia la divina faz
del polvo, sangre y saliva
de mi soberbia procaz.


7ª  ESTACIÓN
Jesús cae por segunda vez

Jesús de fatiga tanta
cae por segunda vez.
Cayó cuando su ley santa
quebranto con altivez.


8ª ESTACIÓN
Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén

Jesús a llorar convida
a las hijas de Judá.
Si lloro mi mala vida,
Jesús me perdonará.


9ª  ESTACIÓN
Jesús cae por tercera vez

Jesús se rinde extenuado
delante la multitud.
¡Ay, cuán caro le ha costado
mi obstinada ingratitud!


10ª  ESTACIÓN
Jesús despojado de sus vestiduras

Arrancan las vestiduras
a Jesús con crueldad:
así espía mis locuras,
mi impureza y vanidad.


11ª  ESTACIÓN
Jesús clavado en la cruz

Con furiosos martilleos
en la cruz clavado fue.
Yo descoyunté sus brazos,
sus pies y manos clavé.


12ª  ESTACIÓN
Jesús muere en la cruz

Después de larga agonía
el buen Jesús expiró.
A sus pies ya lloraría
sus culpas quien le ofendió.


13ª  ESTACIÓN
Jesús es bajado de la cruz

Puesto en brazos de su Madre,
el cadáver santo adora
María con gran piedad.
¡Oh, Madre, perdón implora
este monstruo de maldad!


14ª  ESTACIÓN
Jesús puesto en el sepulcro

En el sepulcro reposa
el cuerpo del Salvador.
Agradecido en su losa
quisiera morir de amor.


OFRECIMIENTO

Este viacrucis santo,
oh buen Jesús, aceptad.
Y por vuestra Pasión santa
cuanto os he ofendido perdonad.


martes, 15 de abril de 2014

PRIMAVERA EN MICIECES DE OJEDA




PRIMAVERA EN MICIECES


EL CAMPO











EL AGUA






LOS ÁRBOLES






LAS FLORES

Canciones de Micieces de Ojeda: SEMANA SANTA (I)

         






CÁNTICOS DE MICIECES


            Al igual que nuestros pueblos se van quedando sin gente, su patrimonio cultural activo se va perdiendo. Poemas, romances, canciones, dichos, anécdotas, cuentos... que se cantaban en las iglesias o que nos contaban y cantaban al amor del fuego en  las largas noches invernales, son ya desconocidos para muchos.
¡Y es una pena que se pierdan sin más!

            Hemos querido recoger algunos de los más conocidos y significativos de Micieces de Ojeda.
No todos son propios en exclusividad de Micieces, pero aquí se cantaron y aquí los oímos y aprendimos años ha. Y deseamos que, al menos éstos, perduren algo más, aunque sea en la biblioteca gigante de Internet, como pequeña memoria histórica de un pueblo de la Ojeda situado entre la llanura castellana y la montaña palentina.

            Quizá esta simple recopilación anime a otros a rebuscar en las antiguas arcas y sacar más cosas a la luz.
Y quizá algún entendido pueda poner sus melodías en papel pautado para que el modo de cantarlos no se pierda nunca.
              
               Aquí publicaremos cantos de Navidad, de Semana Santa, del mes de la Virgen, otros que tienen relación con hechos y situaciones generales y otros que se refieren a hechos concretos.

Sea todo ello en recuerdo y memoria de los antepasados miciecenses que nos los cantaron y contaron.


CÁNTICOS DE SEMANA SANTA (I)

La Semana Santa (de antes) era muy rica en cánticos que todo el pueblo conocía. Además de los "Calvarios" (Via Crucis) cantados, de los cuales conocemos hasta cuatro versiones, cada día desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección tenía su cántico particular.


A continuación, lo que se cantaba cada día desde el Domingo de Ramos hasta el Viernes Santo:


  
 DOMINGO  DE  RAMOS 

Jesús, que triunfante entró
domingo en Jerusalén,
por Mesías se aclamó
y todo el mundo en tropel
a recibirle salió.

Con muchos ramos y palmas,
jazmines y violetas
que sembraban por la tierra:
por donde el Señor pasaba
se abrían todas las puertas.
Fueron muchos los obsequios
y grandes recibimientos
a nuestro Padre amoroso:
Santo, Santo rey del cielo,
Santo, repitieron todos.

La calles entapizadas
con muchos ramos y telas,
las capas se las quitaban
tirándolas por la tierra
por donde el Señor pasaba.

Dos entradas se le hicieron
con notable variedad:
el domingo entró con palmas,
y volvió el jueves a entrar
con las mano maniatadas.

Con grande triunfo y amor
hasta el templo le llevaron
y las puertas se cerraron,
pero las abrió el Señor:
los judíos se pasmaron.


LUNES  SANTO

Jesús tranquilo fue a orar
por la gracia arrebatado
y quiso al fin derramar
su sangre por rescatar
a los hombres del pecado.

A su Padre en la oración
se dirige fervoroso
pidiendo de corazón
del hombre la salvación
con un acento amoroso.

Cristiano, si consideras
lo que Jesús padeció
y la salvación esperas,
arrepiéntete de veras
pues por tus culpas murió.
Las palabras amorosas
al Eterno dirigidas,
cual plegarias amorosas,
en las regiones gloriosas
fueron por Dios admitidas.


 MARTES  SANTO

Martes Santo se juntaba
en la casa de Caifás
la Sinagoga malvada
que a Jesús sin más ni más
darle la muerte intentaba.

Allí todos contestaron
si merecía la muerte.
Varios juicios se formaron
y por fin, de aquella suerte,
que muera Jesús clamaron.

Unos dicen “viva, viva”.
Mi parecer es que muera
porque predicando está
y nuestra ley verdadera
pronto la derribará.

Por fin todos a una voz
prorrumpieron “muera, muera”.
¿Qué cometiste, mi Dios,
contra esta gente tan fiera
que todos van contra vos?



MIÉRCOLES  SANTO

Miércoles Santo salió
Judas con falsos intentos,
en casa de Anás entró
y junto a los fariseos
de esta suerte les habló:

Príncipes, ¿qué es lo que hacéis?
¿Estáis de Jesús tratando,
de cómo lo prenderéis?
Yo le pondré en vuestras manos
si algo me prometéis.

Y si no le conocéis,
una señal también dejo
para que sepáis quién es:
aquel a quien yo de un beso
es el que habéis de prender.

¡Oh, Judas, falso traidor!
Tú pagarás el pecado
de haber vendido al Señor
en quien todos confiamos
que nos dé su salvación.


JUEVES  SANTO

Jueves por la noche fue
cuando Cristo enamorado
con todo el pecho abrasado
quiso darnos de comer
su Cuerpo Sacramentado.

Sentose Cristo a la mesa
con todo el apostolado,
tomó con si mano diestra
un pan que fue consagrado
y a todos les repartiera.

Antes de haber comulgado
a todos sus pies lavó.
También a Judas malvado
un sermón le predicó,
mas poco le ha aprovechado.

Entró el Señor en el huerto
a orar a su eterno padre,
alzó los ojos al cielo,
sudó raudales de sangre
afligido y sin consuelo.

VIERNES SANTO

Viernes Santo: ¡qué dolor
Espira crucificado
Cristo, nuestro Redentor!
Mas antes dijo angustiado
siete palabras de amor.

La primera fue rogar
por sus propios enemigos.
Oh, caridad singular,
que los que fueron testigos
pronto lo derribarán.

La segunda: un ladrón hizo
su petición especial,
la que Jesús satisfizo
diciéndole: “Hoy entrarás
conmigo en el paraíso”.

A su Madre la tercera
palabra le dirigió
diciendo la recibiera
por hijo a Juan, y añadió
que por Madre la tuviera.

La cuarta: a su Padre amado
dirige con afecto pío,
pues, diciéndole angustiado,
dijo dos veces: “Dios mío,
¿por qué me has desamparado?”

La quinta: estando sediento
por estar tan angustiado,
dijo casi sin aliento:
“Sed tengo”, y allí fue dado
hiel y vinagre al momento.

La sexta: habiendo acabado
y plenamente cumplido
todo lo profetizado,
dijo muy enternecido:
“Ya está todo consumado”.

La séptima: con fervor
su espíritu entrega en manos
de su Padre con amor.
De esta manera, cristiano,
murió nuestro Redentor.





Himno a Micieces de Ojeda