SEMANA SANTA (de antes) EN
MICIECES.
Antes,
o sea, antes del Concilio Vaticano II (1965), durante la Semana Santa se montaba en
la Iglesia el “monumento”. Era como una tienda gigante formada por paneles de
lienzo pintado representando personajes y símbolos de la Pasión. Era
impresionante, no por el “monumento” en sí, sino por la seriedad y el respeto
que se veía en la gente. A los niños no nos gustaba mucho eso porque, entre otras cosas, nos reñían si gritábamos. Y, claro, jugar en el Altolaiglesia y no poder gritar...
La Semana Santa
era triste. No se tocaban las campanas. Pero siempre encontrábamos algo con qué divertirnos: la misa y “los oficios” se anunciaban con las “matracas”
y con las carracas, pasando por todas las calles. Lo normal eran las matracas porque carracas casi no había.
Además, hacer sonar una carraca no tiene mucho mérito, pero hacer sonar bien
una matraca… no era tan fácil. Y lo mejor era deslizarse sobre ella por la
hierba de la ladera del Altolaiglesia.
La
matraca estaba hecha con una pieza rectangular u ovalada de madera. En el centro tenía
una guía para sostener un mazo. Al balancear con fuerza hacia arriba y hacia
abajo, el mazo golpeaba la pieza de madera. La matraca normal tenía un mazo.
Pero había alguna con dos mazos… ¡y hasta tres!
Aparte
de eso estaba también aquello de que no se podía comer carne… pero no era tan
importante: ¡qué bueno estaba el escabeche!
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Pues que está muy explicado y nos a gustado muchísimo especialmente el canto del Vía Crusis España se a distinguido por sus hermosas procesiones .
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