lunes, 20 de noviembre de 2017

Micieces de Ojeda. LOS PELUSOS Y LA HOGUERA. Tradiciones de Micieces.








DE DÓNDE VINO  LA  VIRGEN DE LA CALLE DE MICIECES

      Hay en Micieces una tradición oral que explica el origen de la Virgen de la Calle. Según esa tradición proviene del poblado o caserío de San Andrés. No se sabe si antes, en los días de su fiesta, como la de San Lorenzo, traían su imagen a Micieces. El caso es que, según cuenta la tradición, cuando desapareció el poblado de San Andrés, los miciecenses se encargaron de recoger la imagen y traerla a la ermita del centro de su pueblo.
 
Y la trajeron en procesión, al atardecer, que en el mes de noviembre ya era anochecida y, normalmente, noche fría.  Por lo tanto los fieles llevaban velas, antorchas y faroles como luminarias. En cuanto a las flores, en aquel entonces en Micieces y en noviembre, no es que hubiera muchas, quizá alguna en algún patio interior. Pero se recogieron las que sí que había en los humedales: los pelusos. Y en vez de echar al paso de la Virgen pétalos de flores, que no había, alfombraron la calle con plantas olorosas, con hojas de la enea y la espadaña y con los vilanos, o pelusilla, de los pelusos desmenuzados.
 
También pudo ocurrir que, allá por el siglo XVI, los miciecenses quisieran tener en su ermita una imagen de la Virgen, que quizá no tenían, o cambiar la que les parecía ya “vieja” y no era de su gusto. Y encargaron otra “nueva”, al estilo y con la belleza propia de la época: cuando el artista se la entregó, la hicieron un recibimiento semejante a lo que se dice más arriba. También pudo ocurrir que sucedieran ambas cosas, cada una a su tiempo. 
 
Y parece lógico que después de lo religioso la gente hiciese algo de fiesta nocturna alrededor de una hoguera. Las hogueras festivas nocturnas eran frecuentes en los pueblos, incluso se emplearon en ocasiones como medio de comunicación entre pueblos vecinos. Históricamente no es esta la única ocasión, como puede leerse en los libros y romances de antaño.

      Lo cierto es que de aquella procesión que se hizo para recibir en la ermita del pueblo a la imagen de la Virgen, (la “vieja” o la “nueva”,o quizá en las dos ocasiones) arranca la tradición de la hoguera y de los pelusos.



La hoguera y los pelusos se celebra la noche del 20 de noviembre y la

fiesta de la Virgen de la Calle, el día 21.

 
De entonces a hoy han pasado años y siglos y, básicamente, se mantienen las tradiciones. La hoguera alegra la fiesta después de los rezos y sirve para hacer el chocolate. Lo de los pelusos se ha transformado en una especie de batalla floral entre todos los asistentes, con un límite de tiempo, que se suele respetar, para poder disfrutar luego tranquilamente de la hoguera y del chocolate. Recuerdo que, no sé por cuándo, hubo algún intento de suprimir la hoguera y, sobre todo, los pelusos. Pero ahí siguen las tradiciones con fuerza. Merece la pena conservarlas.
 
      ¿Será esta imagen nuestra la del panadero de la leyenda?  Desde luego que no: la leyenda dice que la descubrió un panadero en un madero que no quería arder: tuvo que ser poco después del comienzo de las repoblaciones de la zona, cuando Castilla comenzaba su andadura como tal Castilla. Esto significa que los cristianos de la zona la habría ocultado cuando empezó la invasión árabe, el 711, ó unos años después (siglo VIII): la imagen tendría que ser necesariamente de otro estilo. Y nuestra imagen procede del siglo XVI. ¿Quizás pudo ser la que dicen que había en el poblado de San Andrés? Pudo ser, pero no tenemos constancia de ello.


(Algún miciecense recuerda que una imagen antigua (románica o gótica) desapareció del pueblo hace muchos años y cuenta que vio una muy parecida (¿la misma?) en el museo de arte románico de Barcelona. Se pueden sospechar muchas cosas al respecto, pero no se pueden probar, a no ser que alguien descubra nuevos documentos…)
(JLR)

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