LOS TOQUES DE CAMPANA
(JLR)
Sin olvidarnos
del diccionario de la RAE, y mucho menos sin despreciarlo, vamos a utilizar el vocabulario propio
del habla miciecense al referirnos a los toques de campanas. Igual que
lo que decimos de toque, al hablar de las formas y demás circunstancias nos
estamos refiriendo exclusivamente al Micieces de antes, porque el de ahora ya
ha perdido muchas tradiciones y ha modificado formas antiguas, o no tanto, de
concebir la vida.
Se decía en los monasterios y conventos que la campana era la voz de Dios: ¡qué voz tan desagradable tenía Dios algunas veces! Pero en los pueblos también lo fue con mucha frecuencia. Y, además, era la voz del pueblo para el pueblo, pues todos conocían su llamada y, más o menos, la seguían. Hoy se vive de otra forma y la gente ya no se rige por el sonido de las campanas, salvo en casos muy determinados.
Las dos formas fundamentales de tocar las campanas son: el repique y el volteo.
·
Repique:
se hace golpeando directamente el badajo contra el lateral interno de la
campana. Hacerlo agarrando directamente el badajo con la mano, conllevaba el
peligro de machacarte los dedos o la mano entera. Todavía queda quien cuenta
que se machacó dedos y mano tocando la campana de esta forma. Para evitar eso,
se ataba una cuerda, más o menos larga, al badajo y de ella se tiraba con más o
menos fuerza, que producía un sonido más o menos fuerte.
El repique se toca golpeando, con golpes
seguidos, sin dejar espacio de tiempo entre golpe y golpe, y durante el tiempo
que se juzgue oportuno, dependiendo de a qué o para qué se toca. Si se tocan
dos campanas a la vez, se ha de procurar que el sonido de la una no tape al de
la otra: ha de ser el golpeo alternativo de una y otra. Queda muy bien y hace
bonito y suena de forma agradable si el repique de dos campanas a la vez toma
el ritmo del volteo: “din…dan – din…dan” /
“din…dan – din…dan”… Y así sucesivamente.
·
Volteo:
las campanas tienen un eje entre la maza y el bronce y está colocado de forma
que equilibra las dos partes: es fácil, pues, debe serlo, darle vueltas con
poco esfuerzo. Esto es el toque de campanas por volteo. Y el badajo, que
va en el interior, va golpeando consecutivamente las dos paredes opuestas de lo
que es la copa de la campana, o sea, el bronce.
Si se voltea
una sola campana hay que tener en cuenta la velocidad: si es poca, no dará la
vuelta entera. Pero si es excesiva, puede darse
el caso de que al badajo no le dé tiempo a golpear en una de las partes, o en
ninguna…
Cuando
se voltean dos campanas a la vez, hay que procurar que vayan al mismo ritmo, a
la misma velocidad, y que cuando una sube, la otra baje. Es decir, si el bronce
de una está abajo, el de la otra debe estar arriba: el bronce de la una y la
maza de la otra irán a la vez y alternados: bronce arriba en una y maza abajo
en la otra. De esta forma no se tapan los sonidos de ambas campanas, y sonarán
así: “din…din – dan…dan / din…din – dan…dan”.
El toque de volteo.
En Micieces existen, más bien existían, estas clases de toques de campana, cada uno
con
su forma individualizada, que los miciecenes sabían diferenciar y conocían:
1.
ÁNGELUS
2.
CONCEJO
3.
DIFUNTOS:
PARA MAYORES Y PARA NIÑOS
4.
FIESTA
5.
GÜICERO
6.
HUEBRA
7.
MISA
8.
PROCESIÓN
9.
REBATO
10.
ROSARIO
Y NOVENAS
11.
TORMENTA
12.
VIÁTICO
13.
LAS
CRUCES Y ROGATIVAS
14. OTROS TOQUES
Puedes ver también:
- LAS CAMPANAS DE MICIECES.
- CAMPANILLOS Y CAMPANILLAS.
- EL CAMPANARIO DE MICIECES.
- EL TOQUE DE DIFUNTOS.
Y más sobre Micieces en:
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