En el habla miciecense hay diferencia entre campanas, campanillos y campanillas. Las campanas son grandes y están colocadas dentro del campanario. Los campanillos son campanas más pequeñas
que también están, o estuvieron, colocados en el campanario parroquial, en
sendas ventanas que dan al exterior, de dos en dos: una pareja de cara el
pueblo, y la otra en el lado opuesto, es decir, de cara al cementerio. Y las campanillas son de tamaño similar a los
campanillos, fueron dos y su sitio eran los vanos de las espadañas de las
ermitas de la Virgen de la Calle y de la de San Lorenzo. Esto siempre fue así
hasta que alguna campanilla y algún campanillo desaparecieron por razones que
nadie sabe explicar y que deben de ser inexplicables y, desde luego,
incomprensibles.
LAS CAMPANILLAS
·
La campanilla de la ermita de San Lorenzo estuvo
completando y dando sentido a la espadaña de su ermita. Hoy, y desde no se sabe
cuándo, su hueco está vacío: su campana desapareció en los senderos de la
historia sin que nadie sepa ni cuándo ni cómo, ni a dónde fue a parar y nadie dé
razón de ella, a no ser algunas sospechas trasmitidas oralmente. Muy
posiblemente desapareció en los años anteriores a la guerra de 1936. Se dijo, y
aun se dice, que había ido a parar al monasterio cisterciense de San Andrés de Arroyo y que allí sigue sonando. Pero la que hay ahora, semejante
en tamaño a la que hubo en San Lorenzo, fue fundida por encargo del monasterio
y no procede de ninguna otra iglesia. Esta de San Lorenzo tenía una virtud y un poder muy especiales: bastaba tocarla para que las negras nubes de las
peligrosas tormentas veraniegas huyesen a otros destinos donde la música
campanil las permitiese descargar a su gusto. Y ahora siguen en pie la ermita y
la espadaña, mas
… tu espadaña humilde, de tanto en tanto,
por el ojo vacío
de campana
los vientos gime
con dolor de llanto,
y sigue de la
tarde a la mañana
bendiciendo los
campos de sembrados
y la fuente que
a tu vera agua mana…
La campanilla de la ermita de la Virgen de la Calle completa la espadaña de su ermita y, por tanto, suena en el centro del pueblo. La espadaña de esta ermita, fue modificada allá por el s. XVIII: se le anuló su antiguo hueco de la campana y se elevó un cuerpo más con otro vano para que el sonido de su campana no quedase absorbido por los tejados de las casas que ya se elevaban sobre la altura de la propia espadaña. Estos arreglos y añadidos se hicieron de albañilería corriente, enlucidos de cemento y con la estructura y los adornos propios de la época en que se hicieron. En el último arreglo de la ermita –el del año 2007− se le abrió a la espadaña su antiguo hueco de campana, que ciertamente le queda muy bien y recuerda lo que antes fue, aunque también da la sensación de ojo de pirata, solo medio tapado por la pared de la casa vecina. La campanilla de la ermita –nunca se le ha dicho campana, y no se necesita más que decir “de la ermita” para que todos sepan que es la ermita de la Virgen de la Calle− suena para llamar a los miciecenses a las misas y a los rezos, desde luego, pero también a otros acontecimientos o sucesos: está en el centro del pueblo y es más fácil y rápido acceder a ella que a las campanas de la torre de la iglesia parroquial. Posiblemente esta campanilla también tenga poderes milagrosos contra las tormentas veraniegas, eso asegura la Micipedia oral como tradición antigua, pero nunca han sido tan eficaces como dicen que fueron los de la campanilla de la ermita de San Lorenzo. Se toca halando una cadena desde el coro de la ermita, y no se suele voltear por lo difícil que resulta y por el peligro de que termine en el tejado… o más abajo.
LOS CAMPANILLOS
Los
campanillos son las campanas
pequeñas del campanario de la iglesia parroquial. Vienen a ser, más o menos y
groso modo medidos, del tamaño de la campanilla de la ermita. Yo recuerdo que en
mis tiempos de monaguillo había cuatro: los dos más pequeños estaban colocados
en sendos vanos en lo más alto de la torre, rozando al alero, en la parte que
da al pueblo; y los otros dos, similares y quizá un poco más grandes, en las
dos ventanas opuestas a las anteriores y orientadas hacia el cementerio, es
decir, al lado contrario a la situación del pueblo. En algún tiempo lejano e
indeterminado, uno de estos dos campanillos estuvo posado en las tablas que
hacían de piso a la parte de la torre donde estaban las campanas: parece que
por seguridad lo habían descolgado y, sin más, lo habían dejado allí. Luego
desapareció y nadie sabe dar razón de él. Ahora, creo, los campanillos que dan hacia el cementerio
son los que estaban adelante. El otro parece que se entregó, junto con las campanas,
a la fundición cuando se hicieron las nuevas.
(JLR)
Puedes ver más:
- LAS CAMPANAS DE MICIECES.
- EL GALLO DEL SACRISTÁN.
- LAS CALLES DE MICIECES.
Y todo sobre Micieces en:
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