A UNA CRUZ EN EL CAMPO.
Desde siempre el hombre se ha sentido unido y agradecido a la Madre Tierra. Antes del cristianismo, todos los pueblos tenían rituales para pedir y agradecer los bienes de la tierra. El cristianismo tomó estos rituales y los convirtió en la "bendición del campo".
Cada región, cada pueblo, lo hacía a su manera: unos visitando las ermitas que tenían alrededor del pueblo, otros llevando en procesión algún santo o reliquias, otros...
En Micieces, el día de la Cruz de Mayo, el cura, sus monaguillos y algunos
representantes del pueblo o del Ayuntamiento recorrían el campo de Micieces y,
en lugares determinados, que más o menos se situaban en los cuatro puntos cardinales, ponían cruces, rezaban una oración y se bendecía el
campo. En algunos sitios todavía he visto el montoncito de tierra que señalaba
el lugar donde iba clavada la cruz.
Cuando la gente, trabajando en el campo, pasaba por delante de alguna de estas cruces, se detenía un momento y recitaba:
Adórote, cruz bendita,
que estás en campo sereno:
el primero que te adoró
fue Jesús el Nazareno
y ahora te adoro yo
para que me lleves al cielo.
Esta tradición se perdió hace tiempo... Nos olvidamos de la tierra y le agradecemos a las máquinas, a los fertilizantes...
También puedes ver otras tradiciones de Micieces:
Y, además:
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