TOQUE DE
TORMENTA
(JLR)
El toque de
tormenta no estaba institucionalizado. Claro que la tormenta tampoco lo estaba. El nublado −en el habla popular nublado es sinónimo de tormenta, sobre todo si es de
las de mal agüero−, venía cuando venía, sin más, aunque la mayoría de las veces
avisando antes de llegar con la negrura de sus nubes, con sus truenos y con sus
relámpagos.
Y cuando amenazaba en verano, o
cuando ya podía hacer grave daño a los sembrados, eran muchas las familias que
encendían la vela del Santísimo –la que había estado encendida en el monumento
del Jueves Santo ante el Santísimo−, se encomendaban a santa Bárbara, a la
Virgen de la Calle, o a cualquier santo… A veces incluso aunque de boca hacia
fuera se proclamase el yo “no creo en
eso”. Pero es que estaba en peligro el fruto del trabajo de un año, y con
eso no se juega.
Existe una creencia popular sobre el
poder de algunas campanas contra los nublados y tormentas veraniegas. Y en
Micieces se seguía teniendo, en parte al menos, esta creencia. Ya dijimos que
la campana, que se perdió, de la espadaña de San Lorenzo tenía poderes
extraordinarios y muy poderosos contra este tipo de nublados. La de la ermita
de la Virgen de la Calle parece que también tiene alguno, pero no tantos. Y las
del campanario parroquial se tocaban algunas veces, pero solo por un por si
acaso.
Ciertamente algo deben de influir
las ondas sonoras en el nublado, pues son muchos los pueblos en los que existe
esta creencia. Y cuentan quienes lo vivieron que, en cierta ocasión en que
amenazaba uno de esos nublados negros y previsiblemente horribles, fueron a
tocar la campanilla de la ermita dela Virgen de la Calle y no pudieron moverla
ni entre varios: que no quería tocar y no consiguieron que tocara… Pero, aun
así, el nublado pasó de largo en aquella ocasión.
El toque de tormenta, más bien
contra la tormenta o nublado, se hace volteando la campana, si se puede, o medio
volteándola como la de la ermita, de forma continuada, seguida y relativamente
rápida, pero no mucho. Y no vendría de más una oración para que Dios preservase
los sembrados del mal que la tormenta pudiera hacer en ellos. Aunque el hecho
de tocar la campana no deja de ser una oración y un acto de fe en la bondad de
Dios.
Puedes ver también sobre "las campanas de Micieces" (hacer click):
Y sobre tormentas y pedriscos:
Todo sobre Micieces en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario