LOS SAYONES
Pero es que
los dos sayones, bigotudos, serios y con su lanza afilada, haciendo guardia
continua a la entrada…, nos daban una sensación de que eso era serio, y de que
de ahí no se debía pasar… Además, del resto de las figuras no se podía decir
nada malo, ni siquiera un insulto o palabrota, por si fuera una blasfemia, pero
de los sayones se podía decir lo que se quisiera porque ellos habían sido, y
eran, muy malos.
El sayón aparece en el Medievo como
soldado que sirve a un señor prácticamente sin diferenciar mucho el tipo de
servicios que pudiera hacerle. El diccionario de la RAE lo define como:
Verdugo que
ejecutaba las penas a que eran condenados los reos. /
Cofrade que va en las procesiones de Semana Santa vestido con una túnica
larga. /
En la Edad Media, oficial subalterno de la Administración de
Justicia. / Coloquial: hombre de aspecto feroz.
La etimología
popular hace que su nombre derive del hecho de que vestía saya, es decir, una falda, normalmente corta a imitación de los
legionarios romanos. Pero los sayones no eran legionarios de Roma, eran otro
tipo de soldados. Y debían de ser muy malos, pues en las oraciones del
viacrucis y en los cánticos de la Semana Santa siempre eran los que azotaban,
maltrataban y crucificaban el Señor. Así que en la imaginaria infantil, y no
tan infantil, los sayones eran de temer, porque ellos no temían a nada y te
podían hacer todo el mal del mundo. Había otra cosa muy curiosa en estos
sayones: se parecían muchísimo a ciertos soldados de los tercios españoles que
habíamos visto dibujados en la enciclopedia que estudiábamos en la escuela o en
otros libros, y todos sabíamos que aquellos soldados no temían a nada, eran
valientes y fueron capaces de conquistar naciones enteras… Así que, ¡ojo con
los sayones que vigilaban día y noche nuestro monumento!
Estos dos
sayones del arco de la entrada al monumento eran tan similares entre sí que
parecían el mismo, o uno solo que se miraba al espejo, pues tenían el mismo
uniforme (calzado, calzas, falda, loriga y gorro frigio, más que casco). Y una
larga, fina y puntiaguda lanza en su mano izquierda, dejando su derecha libre
para lo que hubiere menester. Y similar era su mirada fija en la posible gente
que les miraba a ellos, y muy similar bigote de tipo vikingo. Todo y en todo
tan similares también a las fotos de sayones que se publican de los pasos de
Semana Santa de algunas ciudades castellanas.
Son sencillos
en su estructura y técnica pictóricas, pero de un gran efecto visual. En otros
tiempos tuvieron colores vivos y brillantes, incluso atractivos, pero el mismo
tiempo, la suciedad, la mala conservación y el descuido han ido deteriorando y
amortiguando esos efectos.
¿Y por qué dos
sayones vigilando la entrada al monumento? Porque la tumba de Jesús estuvo
vigilada por soldados. Y no iban a poner a vigilar a dos soldados que fueran
buenos legionarios, o legionarios buenos: tenían que ser del grupo de los
malos, de los que hicieron sufrir al Señor… Es decir, dos sayones que en el
sentir popular eran de los malos malos.
Más sobre el Monumento:
- EL MONUMENTO DE SEMANA SANTA.
- CÓMO ERA EL MONUMENTO DE SEMANA SANTA.
Y más sobre Micieces en:
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