LA PERRA "MOÑA"
(DLE.-Moña: figura de mujer que sirve de juguete. Muñeca).
ERA
LA “MOÑA” UNA PERRA
que
al pastor acompañaba
y
cuidaba del rebaño
con
nervio, con arte y maña.
no
era pastora de raza,
mas
suplía aquellos genes
que
no tenía de casta
con
su fácil aprender
y
su inteligencia nata.
El
pastor se hizo con ella
casi
recién destetada,
y
la educó con cariño
y
le dio sus enseñanzas
para
que fuera pastora
como
si fuera de raza.
De
pequeña parecía
un
peluchito de lana,
de
color amarronado
y
pelambre ensortijada.
Parecía
una muñeca,
o
la moña de nuestra habla.
¡Y
con el nombre de Moña
la
perrita se quedaba!
Y
les dijo a los sus hijos
cuando
la trajo a la casa:
─Con
cariño y con cuidado
pero
no será un juguete
porque
tengo que enseñarla
a
cuidar de las ovejas
y
a obedecer a quien manda.
Y
poco a poco aprendía
las
cosas que le enseñaba.
Y
pronto fue demostrando
que
el trabajo le gustaba:
obedecía
las órdenes
cuando
el pastor se las daba;
vigilaba
los sembrados
y
al rebaño acompañaba;
y
si alguna oveja había
solitaria
o despistada,
la
hacía volver al grupo
con
ladridos y amenazas.
Buena
pastora la Moña
se
fue haciendo con la práctica.
por
el cruce de sus razas,
pero
tenía su fuerza,
su
nervio, su genio y garra,
y
hacía frente a cualquiera
que
al rebaño se acercara.
Varias
veces se enfrentó
a
raposos que husmeaban
por
si acaso algún cordero
aislado
y solo quedaba.
Pero
por instinto y sangre
era
al lobo a quien odiaba.
Con
viento a favor o en contra,
desde
lejos lo olfateaba,
y
al pastor con sus gruñidos
y
ladridos le avisaba.
Algunas
veces el lobo,
al
ser visto, se marchaba.
Hubo
veces que la Moña
ella
sola se enfrentaba
al
lobo, y luego volvía
con
alguna dentellada.
¡Y
hasta volvió alguna vez
con
una herida muy mala!
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