ERA EL PASTOR DE MICIECES,
de
Berzosa la manada,
y
en los campos berzoseños
cada
día pastoreaba.
Hiciese
calor o frío,
hiciese
niebla o solana,
cayese
lo que cayese,
rocío,
lluvia o escarcha,
a
su rebaño de ovejas
de
la corte lo sacaba,
o
beberá al menos agua.
Todos
esos literatos
que
dulces novelas narran
de
la vida pastoril
y
hacen versos y tonadas
que
suenan bien al oído
y
tienen bellas palabras,
de
la vida del pastor
no
saben nada de nada,
ni
qué es el frío del campo,
ni
qué el calor que lo abrasa,
ni
el olor a mar del cierzo,
ni
la nieve que te hiela,
ni
el hielo que el cuerpo pasma…
¡La
vida del campo es bella…,
si
en la ciudad te la pasas!
(JLR)
Sobre la historia de "El lobo Vedijas y la perra Moña", puedes ver:
Y próximamente:
- EL CAZADOR BERZOSEÑO.
Y más sobre Micieces en:
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