lunes, 22 de enero de 2018

Micieces de Ojeda. Historias de Berzosa. EL LOBO "VEDIJAS". (El lobo "Vedijas" y la perra "Moña", I).




EL LOBO "VEDIJAS" Y LA PERRA "MOÑA"

“Érase una vez…”
No, no. Esto no es un cuento. Es una historia real. Y sucedió hace mucho tiempo (antes de Rodríguez de la Fuente).
Yo conocí a los personajes : el pastor era de Micieces, el cazador es de Berzosa, la “Moña” era también de Micieces y el “Vedijas”… tenía doble nacionalidad.
Los hechos ocurrieron en el "alto de las Loberas", cercano al valle de la fuente de la Mora, en territorio de Berzosa, casi en los límites con Micieces. Y que conste: la Mora de la Fuente, que también tiene que ver con la fuente de la Mora, no tiene relación con  esta historia.
Esto del “Vedijas” y la “Moña” lo escuché contar muchas veces. Ahora, Pepe nos lo cuenta en romance… y me gusta.
La historia la vamos a publicar por partes:
1.- El lobo “Vedijas”.
2.- La perra “Moña”.
3.- El pastor miciecense.
4.- El cazador berzoseño.
5.- Así sucedieron los hechos.

ARI


EL LOBO "VEDIJAS"

 EL LOBO “VEDIJAS” ERA
nieto de la loba parda,
o quizá tataranieto,
y, seguro, de su saga…
La loba parda era aquella
la que allá en las Corralejas
hizo semejante hazaña,
la misma que a sus lobeznos
en los Cotorrillos criaba,
y los montes de Micieces
y de toda la comarca
incansable recorría
buscando alimento y caza,
y alguna oveja golosa
que del rebaño se aislaba
se convertía en comida
suya y de la su lobada.
Pues el tal lobo Vedijas
venía de aquella saga,
y la astucia de su abuela
en el instinto llevaba.
Lucía en su lomo y cuello,
más que pelos, unas lanas
lobunas en el color
y en la forma ensortijadas,
que le hacían diferente
al resto de la lobada.
Por eso un pastor le puso
Vedijas, y así pasaba
con ese nombre al romance
e historias que de él contaban.
Era el Vedijas astuto
y cauteloso en la caza,
pero valiente y taimado,
y sagaz cuando acechaba.
Y sabía el mejor sitio
para tender la celada
o esperar bien escondido
y lanzar una emboscada.
Lobeaba suavemente
sin mover hierba ni paja,
y con paciencia y tesón,
el justo instante esperaba:
tan veloz como eficaz
a su víctima atacaba
sin ruidos, sin sobresaltos,
sin que nadie se enterara…
Era un lobo solitario
y siempre solo cazaba,
solitario recorría
los montes, valles y brañas,
y seguía solitario
cuando al rebaño acechaba.
Era valiente el Vedijas,
con inteligencia clara:
no rehuía las peleas,
mas prefería evitarlas.
El pastor aquel sabía
de sus trucos y sus mañas.
Y su perra desde lejos
su lobuno olor notaba.

(JLR)
Continuará...
(Próxima entrega: LA PERRA "MOÑA").





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