Fue la leche de las burras
desde los tiempos antiguos,
usada así al natural
o con otros aditivos,
y elemento curativo,
y buen cosmético humano,
muy caro, pero efectivo.
Esto venía de lejos,
de los imperios egipcios,
que los griegos les copiaron
y por Roma fue asumido.
La famosa Cleopatra
se bañaba en dicho líquido
y obnubiló a Julio César,
a Marco Antonio lo mismo,
deslumbró con sus hechizos.
La Popea de Nerón
tenía un rebaño asnino,
de buenas asnas lecheras
que se llevaba consigo
cuando la corte imperial
marchaba de uno a otro sitio.
De otras damas de la historia
otros hechos parecidos
se cuentan como curiosos,
pero siempre son verídicos.
Cosmético muy valioso
la leche de burra ha sido,
tenía que ser muy rico.
En los pueblos castellanos
era requetesabido
que la leche de las burras
tenía algunos principios
sanativos, curadores,
sobre todo para niños.
Semejante es a la humana,
con un dulzor exquisito,
minerales positivos,
que ayudan y fortalecen
eso del metabolismo…
y otras muchísimas cosas
que médicos y científicos
saben y han investigado
y lo cuentan en los libros…
En el común de la gente,
por vergüenza y miedo a dichos
y refranes populares,
era familiar sigilo
si la leche de la burra
se usaba como un auxilio
en enfermedad o males
diversos y conocidos.
hace de esto casi un siglo,
los remedios naturales,
el saber de los antiguos,
los rezos con fe y paciencia
eran casi único alivio.
Pues sucedió que a su tiempo
una niña al mundo vino
la novena de sus hijos,
hermana de la mi madre,
– de ella, pues, yo soy sobrino–.
Como Teya, hipocorístico,
todos la hemos conocido.
Y la niña va creciendo
con carácter enfermizo,
pequeñita y frágil niña,
a la que enferman el frío
del invierno y, del verano,
sol y calor excesivos;
tiene alergias y problemas
en el tracto digestivo…,
y otras muchas cosas más,
sin encontrar lenitivo.
Pues el médico un buen día
a mi abuelo esto le dijo:
‒Sé que la penicilina
un inglés nos ha traído,
la compran algunos ricos:
Si quieres que tu hija viva,
acudamos al auxilio
de remedios naturales,
más baratos y… efectivos:
¡cómprate burra parida…!
¡Leche de burra prescribo!
Dice mi abuelo a mi abuela:
–¡Ya lo tengo decidido:
voy a comprarle la burra
a la Deria del Basilio.
–¡Por fin ya llegó la hora…!
¡Cuántas veces te habré dicho:
necesitamos la burra,
compra la burra al vecino!
Y la burra le compró,
y con ella a casa vino.
Para los hijos presentes
fue alegría y regocijo.
Y bebió leche de burra
la Teya desde allí mismo.
Y desde aquel mismo entonces,
su aspecto tan abatido
de infantil y salutífero.
Era una burra… burreña,
de color desmerecido,
brusca y algo traicionera,
poco amiga y sin amigos,
pero se deja ordeñar
y dio su leche en servicio.
Y cuando ya se secó,
habían de la Teya huido
los males que la aquejaron
y ella lucía cual lirio.
Vendieron, pues, la pollina
después de un tiempo impreciso,
a un tratante de feria
sin preguntar su destino…
Y siguió la vida el curso
que tenía ya prescrito.
Y la Teya llegó a moza,
se casó y tuvo sus hijos,
ha llegado a ser abuela
Dentro de la mi familia,
la más longeva es y ha sido:
le faltan solo cinco años
para que cumpla ya un siglo…
Es que la leche de burra
tiene poderes… divinos.
O quizá es medicinal
porque tiene unos principios
que no conocen final
ni marcado ni cumplido…
¡Que lo dice el señor Google,
que yo lo he visto y leído…!
Si alguno lo experimenta,
dígamelo, que le sigo…
(JLR)
También puedes ver:
- EL "MINUTO" Y EL "SEGUNDO" DEL TIO PEPÌN.
- EL "PICIAS" DE TIO EVARISTO.
Y más sobre Micieces en: CONTENIDOS.