Micieces
tuvo electricidad desde muy antiguo. Eso decían los mayores, y remontaban ese “muy
antiguo” a antes de la guerra (del 1936, claro). Conocían y hablaban de
otros pueblos a los que había llegado la luz ─la luz es la luz eléctrica, o sea
la electricidad─ mucho después que a Micieces. Era una corriente eléctrica de
125 voltios, muy floja y poco potente. Pero algo es algo, y eso sonaba a
adelanto técnico extraordinario. En cada casa había muy pocas bombillas y estas
de muy bajo voltaje. Con harta frecuencia la bombilla parpadeaba y disminuía
enormemente su luminosidad. Y también con no menos harta frecuencia se iba del
todo y nos quedábamos a oscuras. ¿La solución? En todas las casas estaba a
punto alguna vela, el candil o el farol. Esto ha sido así hasta la década de
los cincuenta (1950), que ahora ya parece que hay una electricidad de calidad.
En cuanto a la iluminación nocturna del
pueblo, pues habría en todo él un máximo de cinco o seis bombillas, más o menos
estratégicamente colocadas. Y con frecuencia había alguna fundida o rota. Pero
no de esas propias de iluminación exterior, de calles, sino como las de las
casas, quizá un poco más potentes, pero no tanto. Así que eso de salir por de
noche, mejor quedarse en casa, y salir no más que lo estrictamente necesario.
Se solía ir con un farol, de aceite casi todos. En alguna casa había carburo,
pero casi como ejemplar único: era más sano y fácil de usar el aceite en el
candil, dentro de casa, y en el farol, para el exterior.
Candil |
Farol |
Carburo |
El carburo lo conocimos por los cuqueros
que venían en la fiesta a vender almendras y golosinas, o a hacer juegos de
cartas y dados. El carburo que tiraban, ya gastado, lo recogíamos nosotros,
niños o mayores, y hacíamos un “cohete”. Echábamos agua, lo encerrábamos en un
bote boca abajo, tapábamos los respiraderos y orillas con barro y encendíamos
una mecha. En cuanto el gas del carburo encendía, explotaba y el bote saltaba
por los aires… Pero lo más común en Micieces era, en el exterior, el farol de
aceite. Y con él se iba por la noche a buscar caracoles, a regar y a pescar.
Un día de tormenta se quemó el
transformador de la electricidad. Un rayo se lo cargó. Por los respiraderos de
arriba, por donde entraban y salían los cables, salía cantidad de humo y hasta
llamas. El responsable de su mantenimiento consiguió abrir la puerta: una
tremenda llamarada casi se lo traga. ¡Y eso que ya iba prevenido y con mucho
cuidado! Algún tiempo estuvimos sin luz, pero lo cambiaron y lo arreglaron,
aunque no pusieron más potencia. De noche, cuando se supone que todo el mundo
tenía alguna luz encendida, la luminosidad de las bombillas disminuía de forma
muy notoria. La electricidad nos viene
de Herrera y hace unos años cambiaron su recorrido y metieron más potencia.
¡Menos mal!
Puedes ver también:
- Las calles de Micieces: TRAZADO URBANÍSTICO.
- LAS CALLES DE ANTES.
- ...CON NIEVE, CON HIELO, CON LLUVIA... Y CON RIADAS.
- LAS ACERAS.
- COSAS DE LA CALLE.
- LA VIDA EN LA CALLE.
Y más en:
(JLR)
(Todas las fotos son de Micieces)
- Las calles de Micieces: TRAZADO URBANÍSTICO.
- LAS CALLES DE ANTES.
- ...CON NIEVE, CON HIELO, CON LLUVIA... Y CON RIADAS.
- LAS ACERAS.
- COSAS DE LA CALLE.
- LA VIDA EN LA CALLE.
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