domingo, 10 de marzo de 2013

PARA UNA HISTORIA DE MICIECES DE OJEDA 2ª








MICIECES DE OJEDA: UN POCO DE HISTORIA
(PARTE 2ª)

Por: JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ IBÁÑEZ (PEPE)  

Para comprender muchas cosas actuales de un pueblo o de una nación, es necesario saber un poco de su historia, escrita u oral. La historia explica muchos porqués y ayuda a comprender el cómo somos, en cuanto pueblo o nación y en cuanto individuos. Tenemos unas raíces que, querámoslo o no, nos marcan. ¡Y malo será el futuro de un pueblo que ignora, olvida o tergiversa su historia, su pasado! La historia es maestra de la vida y nunca tiene por qué dividir ni enfrentar: está ahí, fue vida en su tiempo y puede ayudarnos a que el futuro tenga una esperanza de ser mejor que el pasado. Los datos e ideas que aquí figuran escritos, no son la “historia” de Micieces, pero pueden ayudar a comprender mejor el presente. ¡Ojalá!



TIEMPOS ANTIGUOS


Y cuenta la historia que ya antes de Cristo esta región estuvo poblada y cultivada. Los cántabros y gentes del norte se pasearon por estos valles, no pocas veces peleando con los moradores de aquí y, más tarde, contra los romanos: las guerras romanas de César contra los cántabros que no querían civilizarse, ocurrieron no lejos de aquí. A la caída del imperio romano, los pueblos germanos también pasaron por estas tierras palentinas y alguno se quedó. Recordemos que por algo a la Tierra de Campos se le llamó “Campos góticos”. Y tampoco las guerras de los visigodos por dominar el norte ocurrieron lejos de aquí.

Guerras cántabras.
Pero lo que interesa más para la historia de Micieces y para la historia de la Virgen de la Calle sucede más tarde.Comienzos del siglo VIII. El año 711 los árabes vencieron en la batalla del río Guadalete o laguna de La Janda al rey visigodo don Rodrigo y a su ejército y se adueñaron en muy pocos años de toda España. Los cristianos, fueran godos o romanos, dejaron sus campos y pueblos desiertos en manos de los invasores, ocultaron y escondieron todo cuanto no se podían llevar y huyeron a las montañas del norte buscando una mejor protección entre sus riscos, valles y bosques. En el año 722 se da la batalla de Covadonga con la que se inician los enfrentamientos de moros y cristianos por la posesión de España, dando principio a la lucha de ocho siglos que recibe el nombre de Reconquista. En esa fecha y batalla tiene su origen y comienzo un reino cristiano que en principio se llamó Asturias, que poco a poco se fue extendiendo y se convirtió en el reino de León, y que más tarde se transformó en el de Castilla.


No parece que los conquistadores árabes estuvieran mucho tiempo por estos parajes, ni que dejasen demasiados recuerdos y cultura en los pueblos de la Ojeda y de estas zonas de la alta meseta castellana, aunque sí se cuentan algunas leyendas y todavía suena algún que otro topónimo. A las tierras de la meseta, desde las montañas hasta el Duero, se les vino a llamar por algún tiempo tierras desiertas o abandonadas. Y durante años los conquistadores musulmanes las recorrían en sus incursiones guerreras, o aceifas, buscando alimentos, riquezas, esclavos y la gloria guerrera de matar cristianos.





 Por otra parte, las zonas montañosas del norte se vieron superpobladas con todas las gentes que habían emigrado del sur (hay investigadores que dicen que fueron más de medio millón de personas las que huyeron a refugiarse en las montañas), y, como consecuencia lógica, pronto la escasez de alimentos empezó a notarse y el hambre no tardó en aparecer. Es entonces cuando los más aventureros deciden que hay que emigrar hacia el sur, a las tierras de más allá de la montaña, a la llanura, que se presentan a sus ojos como despoblada, ya sin gran peligro, fértiles y prometedoras. Y hacia el 814 (prácticamente un siglo después del inicio de la invasión árabe), aprovechando la debilidad del emirato de Córdoba, los primeros foramontanos salen de Malacoria y se encaminan hacia la Bardulia, que posteriormente se llamará y será Castilla.


Se les llama “foramontanos” por venir de más allá de las montañas, o por ser la avanzadilla que, al salir a la llanura, protege las montañas (ambas versiones tienen su sentido y validez). Y son, en principio, los descendientes de aquellos que huyeron ante la invasión árabe, a los que se añadirían gentes de otros pueblos: godos, astures, vascones, cántabros…



Estos pioneros se adueñan de las tierras simplemente por el sistema de presura, o sea, la tierra es del primero que la cultiva. Los reyes no se oponen a esta forma de apropiación, puesto que favorece sus propios deseos y aspiraciones: repoblar las tierras abandonadas y tener unas gentes que fueran el primer parapeto contra las incursiones musulmanas. A partir del 850 son los mismos reyes, y también los condes, quienes organizan este sistema de presuras, lo regulan y lo favorecen incluso con otorgamiento de fueros. Este hecho animó a muchos otros a emigrar y a establecerse en esas tierras de las que quedaban como dueños. Incluso muchos mozárabes huían de tierras musulmanas y se pasaban a las de los cristianos.


El año 850 marcó un hito en el fenómeno de la repoblación de esta zona: el rey de Asturias Ordoño I (850-866), junto con el primer conde de Castilla, D. Rodrigo, reconquistan Amaya, Monte Cildá (Mave), Ebur (castillo de Vega de Bur) y Saldaña, y repueblan sus tierras. ¡Casi siglo y medio había pasado desde la conquista árabe y huida de los cristianos a las montañas! Estos castillos y fortalezas dan confianza a los nuevos repobladores, que se lanzan en mayor cantidad y cada vez más hacia el sur, hacia la llanura y los valles más fértiles: organizan el territorio, levantan iglesias, recuperan molinos, labran las tierras, fundan pueblos… Así sucede en los valles del Burejo que después se llamará Ojeda, en los que surgen villas, caseríos y pueblos (unos todavía existen, otros desparecieron en la historia), tomando sus nombres del origen de sus primeros repobladores, del paisaje, de lo que producen con más abundancia, de la propia toponimia antigua o nueva, de algún santo o de la condición legal en que nacen.


Cuando los musulmanes estaban fuertes, aprovechaban para hacer sus correrías guerreras por las tierras cristianas, las aceifas. De modo que estos repobladores cristianos, fundadores de pueblos, cultivadores de la tierra y criadores de ganado, solían trabajar el campo con una mano en el arado y la otra en la lanza o espada, al decir de los cronicones antiguos, y siempre con la vista puesta en el horizonte por si llegaba el enemigo y, a la vez, en el castillo que les daba seguridad y defendía. Claro, cuando a los cristianos les era posible y se sentían fuertes, hacían sus propias correrías por tierras musulmanas.


En los siglos del IX al XI hubo por esta zona y alrededores mucha actividad guerrera: aparte de las correrías moras y cristianas, estaban las luchas entre los cristianos originadas por la sucesión al trono o por el nacimiento del condado y luego reino de Castilla, algunas de cuyos más principales hechos, acontecimientos y batallas se dieron no lejos de esta zona, entre los ríos Carrión y Pisuerga, en las riberas del Pisuerga y en la Tierra de Campos (Tamarón / Támara ). Pero no parece lógico que los ejércitos de unos y otros pasasen por Micieces porque les quedaba un poco a trasmano: basta mirar el recorrido de la actual carretera. El camino más lógico en las direcciones norte-sur y este-oeste es el de los valles más fáciles, señalados siempre por los ríos. En el caso de la Ojeda, el más fácil y seguro era el marcado por el río Burejo por cuyo valle iba la antigua calzada Herrera-Liébana (es el camino que hizo el ejército carlista desde Cervera hasta el Pisuerga en Alar, por Prádanos). Aunque esto tampoco equivalía a estar totalmente tranquilos y disfrutar de una paz que no tenía la zona.


  




(Continuará)



Los datos históricos y toponímicos está tomados, sobre todo, de:

- F. Roberto Gordaliza Aparicio y Miguel A. Ortiz Nozal, “Boedo-Ojeda y Ribera: Apuntes de Historia, Arte y Toponimia”, Palencia 2004.


- Miguel A. Ortiz Nozal, “Apuntes históricos, Herrera de Pisuerga: Retazos de historia, Valle de Ojeda”, nº 97.

- vv.aa. Micipedia (s/f).

- Anónimo. Libro de Leandro (s/f).



Relacionado:

- PARA UNA HISTORIA DE MICIECES (PARTE 1ª).

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Himno a Micieces de Ojeda