jueves, 2 de julio de 2020

Micieces de Ojeda. LA MORA DE LA FUENTE (I). Berzosa de los Hidalgos.

                                                       
En Berzosa de los Hidalgos, en los límites con Micieces, hay una fuente que se llama "la fuente de la Mora". En la actualidad, el manantial ha sido recogido y surte de agua a la población de Berzosa.
¿De dónde viene el nombre de "la Mora"? Desde muy antiguo se contaba una bonita historia (y aparece en el Libro de Leandro). Esta historia, puesta en verso, es como sigue:

LA MORA DE LA FUENTE
(Parte 1ª)


          Os voy a contar, señores,
una historia que ocurría
hace muchísimos años,
y hasta en los libros venía
y cantaban los juglares
cuando juglares había.
Mas si ellos la cantaban,
me falta a mí su osadía:
os la contaré sin canto,
aunque sí con melodía.                                                  

**********   



Pasó en antiguos tiempos en que la morería
por tierras va de España con gran algarabía
haciendo muchas razias, matando a quien quería,
robando las riquezas del reino que se hundía.

Del norte los cristianos tal yugo no lo aguantan,
rebeldes y valientes en guerra se levantan
y en esa vieja España reinos nuevos se plantan
Es uno el de Castilla, que muy pronto se ensancha.

En tiempos de los hechos que van a ser contados
Castilla ya se extiende por campos alejados,
la Ojeda tiene ya sus pueblos habitados
que el rey daba de premio a vasallos probados. 
 El rey por sus servicios, cual don de regalía,
da el pueblo de Berzosa a hidalgo de valía
y al nombre de Berzosa, Hidalgos juntaría:
la historia desde entonces nombrarlo así debía.

Los moros que vivían en tierras castellanas
marcharse no quisieron a tierras africanas:
quedáronse en sus casas entre gentes cristianas,
los más con sus costumbres y fe mahometanas.

El monte Villavega los moros habitaban,
sus casas y sus cuevas morería formaban.
Mas moros y cristianos familias no mezclaban:
sus leyes y costumbres sus gentes respetaban.

**********
Era otoño, y ya la escarcha
brillaba de amanecida,
los días eran más cortos,
las noches se engrandecían
y las plantas de los montes
frutos maduros tenían.
El hidalgo berzoseño
un hijo joven tenía
al que gustaba la caza
y salir de cacería.
Con sus galgos corredores
a cazar se fue un buen día.
Cuando ojea la brecera
que está cerca de la villa,
una liebre corredora
de su escondite salía.
Y los galgos cazadores
corriendo a por ella iban.
El hidalgo en su caballo
con entusiasmo corría
siguiendo a galgos y liebre
por mor de la cacería.
El caballo en su galope
bajo un roble se metía:
la cabeza del jinete
un gran golpe recibía
al chocar con gruesa rama
que de aquel árbol salía.
Y el caballero se cae
como bellota movida,
y su cuerpo queda inerte 
en el suelo, cual sin vida.
(Continuará)

JLR









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Himno a Micieces de Ojeda