POZO
BERNARDO
Está situado en una
tierra que linda con la cuneta izquierda de la carretera que baja a Villavega,
a unos 200 m. de la señal kilométrica que marca el km. 8. Supongo que antes se
llamaría de otra manera, pero yo siempre he conocido este nombre así, tal como
está escrito, pozo Bernardo, sin la “de”
de propiedad, aunque la tierra sea propiedad de ese señor, o de quien lo sea
ahora.
Toda esta zona, hasta
el valle propiamente dicho, que son los linares y es tierra más compacta, está
formada por una capa superficial, la que se ara y cultiva, con una profundidad
variable, compuesta por tierras cultivables, muy sueltas: es muy permeable al
agua. Esta capa descansa sobre otra compacta y dura de arcilla, más profunda e
impermeable. El agua sigue, pues, su sus caminos, sus veneros, y aflora por
donde puede: por donde encuentra una rotura del suelo, una zona más débil y
baja, o una abertura artificial.
En este caso siempre se
conoció ahí mismo una zona muy húmeda, con salida de agua, con manantial. Pero
el dueño de la tierra quiso sanearla para cultivar todo el trozo de su finca. E
hizo un pozo donde afloraba el agua, buscando todos los veneros que se juntaban
en el manantial y en ese humedal. El pozo era de boca ancha, no muy profundo,
pero consiguió desecar y sanear su tierra. Podríamos decir que el tal pozo
tiene las características de pozo artesiano y el agua sale por su propia
fuerza. La dirigió por un calce a la cuneta de la carretera cercana, cae en
ella haciendo caño y atraviesa dicha carretera por una alcantarilla que estaba
allí mismo desde siempre. El pozo estaba bordeado por una lindera de piedra,
césped y madera, y tapado con maderas.
La tierra aquella donde
está el pozo ha cambiado de dueño, no sé si por venta o por la concentración.
El caso es que el nuevo dueño no quiso el pozo y lo tapó. Pero, al no poder
anular el manantial, que seguía manando, y el humedal que se formaba alrededor,
optó por hacer una calzada que
recogiese toda el agua y la llevase fuera de su finca, al mismo sitio del
desagüe antiguo. Y colocó al final de la calzada un tubo que sigue echando el
agua como caño.
Cuenta uno de los más
antiguos del lugar que fue aquí, en esta tierra, donde vio por primera vez el
famoso escarabajo de la patata. Sería allá por los primeros años de la década
de los cincuenta o antes. ¡El trabajo y los gastos que el dichoso bichito dio a
todos los cultivadores de patata!
Calzadas como la que se
dice arriba hay muchas en el pueblo, y tienen la exclusiva finalidad de sanear
las zonas más húmedas de algunas tierras y facilitar el cultivo de toda la
finca, de forma seguida y sin dejar trozos incultivables a causa de la humedad.
El pozo Bernardo, o
manantial y calzada, produce todavía un chorro notable de agua, buena para
beber. Hay quien va a por ella con su botella o botija porque, dice, que le
sienta muy bien, no tiene cloro y cuece bien los garbanzos.
Para ver otras fuentes de Micieces: CONTENIDOS, "las fuentes de Micieces".
(JLR)
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